Título original: Araña

Año: 2019

Duración: 120 min.

País:  Chile

Dirección: Andrés Wood

Guion: Guillermo Calderón

Música: Antonio Pinto

Fotografía: Miguel Littin

Reparto

Mercedes MoránMaría ValverdeMarcelo AlonsoFelipe ArmasPedro FontaineCaio BlatGabriel Urzúa

Sinopsis

Chile, a inicios de los años 70. Inés, Justo y Gerardo son tres veinteañeros que forman parte de un violento grupo de extrema derecha. En el fragor de esta lucha se ven envueltos en un arriesgado y apasionado triángulo amoroso y cometen un crimen político que los separa para siempre. 40 años después, Gerardo reaparece. No sólo la venganza lo inspira, sino también su obsesión de hacer renacer su causa. Inés, hoy influyente empresaria, hará lo que esté en sus manos para que Gerardo no divulgue su pasado ni el de su marido, Justo.

Opinión:

Desde la primera secuencia, el director nos sumerge en la inquietud y la intriga de unos personajes que deambulan por distintos terrenos de una manera arriesgada y, con valentía y seguridad, nos hace navegar en barcos llenos de suspense, ocultándonos el rumbo que van a seguir y, quienes son los verdaderos capitanes que los patronean.

Las diferentes líneas de misterioso comportamiento que muestran algunos personajes, obligan al espectador a mantenerse en tensión expectante durante todo el desarrollo de las diferentes tramas en que está planteada la película, y, aunque poco a poco se van engarzando todas ellas, Andrés Wood teje el desarrollo interno de cada una,  midiendo su equilibrio narrativo en todo momento, con el punto de interés requerido en cada línea de subtrama y, una meritoria y destacable elegancia, sobre todo, teniendo en cuenta el tema que trata; grupos organizados ultra radicales de derechas, en el Chile de los años setenta, intentando llevar a cabo (a través de criminales atentados) la destrucción del pensamiento de izquierdas, y por tanto, el derrocamiento del Gobierno electo de la época de Salvador Allende.

 Por otra parte, desarrolla ciertas licencias íntimo afectivas y algunos rasgos frívolos y lisonjeros de miembros de esas familias que pretenden mostrarse socialmente ejemplares en su entorno exterior, ocultando en la sombra dobles vidas y comportamientos morales y éticos falsos y llenos de cinismo.

Es asombroso contemplar como a veces, los actos criminales ejecutados por esos grupos reaccionarios “salva patrias”, se organizan como un juego por niños socialmente privilegiados, apoyados por sus familias que, con el paso de los años y después de los desastres sociales de todos conocidos en ese País, y en otros que siguen la misma línea y pautas de conducta, siguen ahí cuarenta años después, en la élite, manejando los hilos del poder desde zonas confortables aparentemente anónimas, sin la más mínima intención de una reflexión moral y humana de sus actos.

Ese es uno de los retos principales que plantea la película, el punto de vista de hoy, retoma aquellos hechos contrastando ambos tiempos y, evocando posturas ideológicas actuales de diferentes miembros de una de esas familias, unas ideas, que en ocasiones son diametralmente opuestas entre progenitores y alguno de los hijos, que siguen torturando por la cobardía de no ser capaces, ni siquiera en la actualidad, de enfrentarse a las ideas rancias y sectarias de sus padres.

Esa acomodación lleva una interrogante ¿Qué resultado produce tomar una actitud pasiva ante un hecho en el que no estás de acuerdo?

Un film con un guion bastante compacto, una realización eficaz, sin  fisuras, unas actuaciones excelentes de Mercedes Morán, María Valverde, Marcelo Alonso y demás intérpretes, que impregnan de autenticidad a sus personajes, iluminados por el maestro Miguel Littin, y una cuidadísima banda sonora dan como resultado una película muy recomendable, merecedora de ser proyectada en un número mayor de salas.

Pepe Méndez