Deber cumplido

Título original: Thank You for Your Service
Año: 2017
Duración: 108 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Jason Hall
Guion: Jason Hall (Novela: David Finkel)
Música: Thomas Newman
Fotografía: Roman Vasyanov
Reparto
Miles Teller, Haley Bennett, Amy Schumer, Joe Cole, Keisha Castle-Hughes, Brad Beyer, Scott Haze, Omar J. Dorsey, Jayson Warner Smith, Michael Love Toliver, Randall Taylor, Beulah Koale, Tony Winters, Jesse Malinowski, Timothy Carr
Género
Drama Guerra de Iraq. Basado en hechos reales
Sinopsis
Tres soldados estadounidenses regresan de Irak tratando de reintegrarse con sus familias, y adaptándose a la vida civil mientras luchan por olvidar sus duros recuerdos de la guerra.

Crítica:
A veces me pregunto si las películas que denuncian un estado de cosas injustas de la sociedad sirven para algo. Quiero creer que sí. Pero entonces ¿Por qué es imposible cambiar hábitos denunciados hace treinta y cuarenta años? ¿Por qué se siguen cometiendo las mismas torpezas y no se corrigen las injusticias? ¿Por qué la política es incapaz de poner arreglo a lo que previamente ha estropeado?
“Deber cumplido” está en la línea de películas que denunciaban las guerras “El regreso” (1978), Hal Hashby, o “Nacido el 4 de julio” (1989) Oliver Stone, pero sobre todo metían el dedo en la llaga del desencanto que aquellos soldados tenían al regresar a su País y experimentar el trato recibido por aquellos en quien confiaban y habían arriesgado su vida por ellos en la guerra de Vietnam.
En este caso, un regreso ansiado y esperanzador de un grupo de jóvenes que vuelven del infierno de Irak, una guerra a todas luces injusta y engañosa, en gran medida culpable de la desestabilización actual de toda la zona. Pero el film no entra a analizar el conflicto general sino la repercusión que arrastran los soldados enviados a luchar a esa región una vez vuelven a casa e intentan incorporarse a la vida normal con la familia, en el trabajo o con los amigos. Esos muchachos traumatizados y perseguidos por imágenes y hechos que nunca borrarán de sus mentes ni, dejarán que sean los de antes de alistarse, y que ahora aspiran a ser atendidos por el mismo sistema que les llevó allí pero que no hace más que poner trabas en un intento de deshacerse del problema con el mínimo coste posible, porque esa situación se toma como residual. Residuos humanos que hay que volcar en el contenedor con el menor ruido posible.
La película sigue los pasos de esos muchachos ya desde su viaje de regreso en el avión, mostrando la típica camaradería del regreso del guerrero al hogar en el .que ha de encontrar la felicidad a la vuelta. Feliz estado de ánimo y las expectativas de futuro con que se plantean sus vidas, sin sospechar que nada más pisar suelo les invadirá el desencanto de una realidad que no es la esperada. A partir de ahí se inicia un duro periplo personal de cada uno de ellos por la adaptabilidad a su entorno mezclado con la persecución de los fantasmas de algunos horrores y sentimientos de culpa vividos en el frente, cóctel difícilmente digerible para una estabilidad social y familiar, así que es fácilmente predecible que estallen tormentas externas por afecciones emocionales que, por no estar en sintonía alguna de las partes no entenderán.
El debut como director, del actor y guionista Jason Hall, lo hace con un film honesto, lleno de buenas intenciones y hasta creo que necesario para todos aquellos que solo han visto la guerra en las películas. Una lección de supervivencia cotidiana que requiere tacto, comprensión y recursos que no siempre encuentran. Las guerras no siempre terminan con la firma de la paz. La guerra se la llevan a casa todos aquellos que la han vivido y, que seguramente no superarán en toda su vida.
La película se basa en los hechos reales de tres soldados, Adam Schumann, Salo Aeiti y Will Waller, cuyas experiencias vividas sirvieron para que David Finkel escribiera el libro “Deber cumplido” que en realidad era la segunda parte de “Los buenos soldados” cuya narración se basan en hechos vividas por el autor en el frente de Irak, en el 2007.
El guion corre a cargo también de Jason Hall y sigue una línea bastante realista, con momentos verdaderamente dramáticos y alguna escena que nos sorprende por su carga simbólica, como reflejo descarnado de una realidad digna de análisis de hiriente parodia surrealista. Los actores actúan con sobriedad, trasmitiendo veracidad en sus interpretaciones, destacando, si cabe, a Miles Teller, ( que encarna al cabo primero Adam Schumann) cuyo personaje quiso conocer en la realidad, hecho que seguramente ayudó para conseguir lo que todos reconocen como una gran interpretación .

Pepe Méndez