(Juego absurdo?)

Título original: La mano invisible

Año: 2016

Duración: 80 min.

País:: España

Director: David Macián

Guion: David Macián, Daniel Cortázar (Novela: Isaac Rosa)

Música: Paco Alcázar

Fotografía: Fernando Fernández

Reparto

Marta Larralde, Marina Salas, Josean Bengoetxea, José Luis Torrijo, Edu Ferrés, Bárbara Santa-Cruz, Daniel Pérez Prada, Esther Ortega, Christen Joulin, Bruto Pomeroy, Elisabet Gelabert, Alberto Velasco, Anahí Beholi

 

Sinopsis

En una nave industrial, once personas son contratadas para hacer su trabajo frente a un público. Obra de arte, reality show, experimento macabro: no saben ante lo que se hallan, ni quien es la mano que mueve los hilos en ese perverso teatrillo. Adaptación de la novela de Isaac Rosa, mordiente parábola sobre la precariedad laboral

 

 

Crítica

 

David Macián ha escogido un  descarnado tema que es de rabiosa actualidad: los abusos legales a que son sometidos unos trabajadores cansados de estar en paro y que se aferran a cualquier cosa y  oportunidad que se les ofrezca con tal de estar activos, no importa cuál sea el trabajo a desempeñar ni las condiciones.

La estructura narrativa cinematográfica se desarrolla más como un verdadero reality show, en vivo y en directo, así que es cuestión de controlar los “tempos” de cada una de las acciones para mantener vivo el interés por lo que puede haber de verdad en la vida íntima y personal de los personajes, pero el espacio  es tan desangelado dramáticamente que no llegamos a creérnoslo en ningún momento, muy a pesar del esfuerzo que el buen plantel de actores se empeña en sacar de sí mismos. La frialdad escenográfica y el punto de vista de la cámara intenta crearnos sugestivamente una atmósfera opresiva y angustiosa, dominada por una voluntad de   “gran hermano” que domina todo caprichosamente sin saber para qué ni desde donde; una voluntad algo maquiavélica que mueve los hilos de las personas simplemente para divertirse.

Desde ese punto de vista,  el “experimento” de esta película no deja de ser interesante, pero aparte del valor atribuible de experimental, la obra se queda en un acartonado espacio  lleno de diálogos excesivamente teatrales que, en un escenario en directo quizá podrían funcionar pero que, como discurso cinematográfico en ningún momento acierta a interesar del todo al público. Es evidente que hay voluntad de llevar el juego de roles del mundo de la conflictividad laboral a la condición humana y solidaria, representada en  cada uno de ellos, pero le falta empatía y afectos de intimidad y sensibilidad para que podamos acercarnos a sus miedos y a sus osadías.

Nos encontramos en uno de esos casos donde la descripción de unos hechos pueden funcionar perfectamente en la narrativa literaria o en el teatro, pero requiere de un gran esfuerzo y talento para que esa misma historia adaptada  al cine, nos llegue a interesar.

No obstante, es una película curiosa donde se reflejan varios aspectos a mencionar: como se puede hacer una película de bajo coste reuniendo uno medios suficientes sin demasiado riesgo, o,  como plantearse hacer un cine diferente asumiendo que puede resultar una obra a contracorriente de los gustos estéticos actuales,  aceptando de antemano, sin miedo, que parte del público que vaya a verla salga desconcertado, sin saber si  ha visto un producto o un sub-producto.

Pepe Méndez