(Algo más que amor)

Título original: La vida y nada más (Life & Nothing More)
Año: 2017
Duración: 114 min.
País: España
Dirección: Antonio Méndez Esparza
Guion: Antonio Méndez Esparza
Fotografía: Barbu Balasoiu
Reparto
Andrew Bleechington, Regina Williams, Robert Williams, Ry’nesia Chambers

Sinopsis
Regina es una madre soltera que vive al norte del estado de Florida con sus dos hijos, tratando de llegar a fin de mes al tiempo que lucha contra la rutina y las dificultades del día a día. Su hijo mayor, Andrew, de 14 años, está lleno de desprecio hacia su madre, y únicamente la amenaza de la justicia les unirá y cambiará sus vidas para siempre.

Crítica breve:
Que satisfacción cuando vemos una película que con modestia, sin ínfulas o pretensiones fantásticas, solo se centra en contarnos, sutilmente, una historia de seres humanos en lucha cotidiana por solventar los problemas que surgen diariamente en la familia; en el trabajo; en sus relaciones íntimo-afectivas; fluyendo los hechos delante de la cámara, como si esta estuviese allí esperando a captar lo que puede suceder, para mostrárnoslo como si fuese un hecho real vivido intensamente en ese instante. Porque esta película de ficción, está acertadamente construida de tal forma veraz que todo nos parece sencillamente auténtico, por eso nos despierta una latente emotividad desde el principio. Sin tener en cuenta que el escenario en donde se desarrolla la trama esté a diez, o a diez mil kilómetros (Florida); que los personajes sean acomodados o marginales, blancos o negros, altos o bajos; aquí, lo que vemos son seres humanos intentando entenderse con otros seres humanos, a veces hieráticos, a veces efusivos y viscerales, pero casi siempre buscando y entregando amor.
El director Méndez Esparza ha sabido crear una atmósfera tan caliente, íntima y personal, -con algunos actores no profesionales-  sin que para nada nos condicione que sea ficción, que sean escenas ensayadas ante la cámara para la construcción del argumento, sino que tiene mucho de auténtica verdad de documental, porque está inspirada en las entrañas humanas y sociales, y como tal, aunque sea inconscientemente lo aceptamos, y con empatía lo asumimos agradablemente porque nos convence lo que nos cuenta y de la forma cadenciosa y delicada que lo hace.
Cuando las lecciones de amor son hechos reales y no palabras, estaremos de acuerdo en que admiten poca discusión. Y esta película es eso, además de una lección de cine auténtico, hecho con sensibilidad, delicadeza, donde las cuestiones fundamentales de la vida surgen de la médula, de la intuición o la musa, unidas a la profesionalidad comprometida.
P.M.