«El proyecto cuando empezó era todavía más pequeño, con Ramón Barea y poco más”, contó el productor de la cinta Manuel Sánchez, que también asistió este martes al coloquio en la Academia y que reveló que Negociador fue creciendo poco a poco durante el proceso.

 

 “Con el equipo completo se hizo en doce días, éramos unas 25 personas”, recordó Sánchez sobre esta producción modesta que rodaron en San Sebastián y Francia. “Aunque sea un equipo pequeño la estructura era de una película normal. Como el guión estaba escrito de esta manera las carencias no se notan”, aseguró Cobeaga,  al que le apetecía recuperar en un largometraje “el tono de algunos de mis cortos, especialmente del segundo, Éramos pocos”, corto nominado a los Oscar.

 

Así surgió una tragicomedia y el ‘patoso’ personaje de Manu Aranguren, inspirado en el expresidente del PSE Jesús Eguiguren e interpretado por Ramón Barea. “Me encontré con que la negociación, lejos de ser algo solemne como uno se imagina, era de estar por casa”, contó el director, que solo tiene palabras de elogio para Barea –“es un actor que dota de una humanidad enorme a todos los personajes que interpreta»–.

 

Muchos de los aspectos cómicos del político ficticio parten de la realidad. “Hay cosas que parecen de mentira pero son de verdad: que le confundieran con un etarra, que perdiera el móvil… cogía elementos reales y me planteaba ‘y si pasara tal cosa…’. Por ejemplo, en el caso de la traductora es verdad que no apareció, pero yo me planteo ‘y si no va porque su novio le dice que no vaya’, pequeñas fantasías a partir de hechos reales»,  reveló Cobeaga.

 

Relacionar risa  y conflicto es liberador

 

Que el personaje de Óscar Ladoire es una mezcla entre Patxi López y Rubalcaba; que el coche que aparece en la cinta es el productor, o que al protagonista real de los acontecimientos, Eguiguren, le pareció que lo más realista de la película era la interpretación de Carlos Areces son otros de los secretos que desvelaron realizador y productor para los que gran parte del buen resultado de la cinta se debe al elenco.

 

“Se nota que todos los que se pensó en un inicio son los que hacen la película”, afirma el director. El título ha sorteado con éxito la polémica que suele acompañar a un tema  tan espinoso como el terrorismo. “Es una película sobre personas, no sobre ideología, sobre cómo afecta el contacto vasco al lenguaje, como son las cosas que lo rodean y que son muy ‘de andar por casa’, creo que no se ha hecho una lectura política”, reconoció Cobeaga. ¿Y no cayó bien en algún lugar? «Hay políticos profesionales, flipados de la política, que no comparten que otros podamos tomarnos la política como una chorrada», opina el director que tuvo una buena acogida con la cinta en el Festival de San Sebastián.

 

“Fuimos al estreno con una sensación de ‘a ver qué pasa’, porque había unos precedentes complicados. Pero sí que es verdad que la situación de La pelota vasca no es la misma que la que hay ahora, quizá había más predisposición. Además, cualquier cosa relacionada con la risa y el conflicto es liberador, eso lo viví con Vaya semanita, Ocho apellidos vascos…”.

 

El encuentro con los responsables de Negociador fue el primero del ciclo ‘Talento ECAM’ que la Academia ha programado en marzo, con la colaboración de la escuela madrileña, y que acerca al público nombres integrados en la industria que fueron alumnos de la ECAM.

 

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