Dirección

Ángeles Reiné

Guion: Elio Quiroga, Ángeles Reiné

Música: Lucas Vidal

Fotografía: José Luis Alcaine

Reparto

Verónica ForquéRosa María SardàIngrid García JonssonDavid VerdaguerCandela PeñaMónica LópezÁlex O’DoghertyPol MonenMalcolm SittéMaría CaballeroLiz LobatoAlejandro Casaseca

Sinopsis

Eva (Ingrid García Jonsson), una joven y prometedora abogada española afincada en Edimburgo, ve peligrar sus planes de boda con el heredero de una ultraconservadora familia escocesa cuando se entera de que su abuela, Sofía (Verónica Forqué), ha decidido casarse… con su amiga del alma, Celia (Rosa María Sardà).

Crítica:

En esta película, Salir de ropero, se da la paradoja en ser la ópera prima de la cineasta aragonesa Ángeles Reine y la obra póstuma de una actriz, la catalana Rosa María Sardá, cuyo legado, tanto cinematográfico como teatral es harto meritorio y es justo que este film esté dedicado a ella, cuya desaparición tuvo lugar poco después de finalizar su rodaje.

El planteamiento de la historia es correcto y oportuno, los escenarios elegidos espléndidos, la fotografía del maestro José Luis Alcaine, luminosa, y el reparto magnífico, pero aún con todo eso a favor no consigue seducirnos de verdad, ni entrar en la trama convencidos de lo que allí está pasando. Y es que: ciertos ambientes y vestuarios nos parecen algo trasnochados y típicos de otra época; algunas situaciones tópicas; escenas forzadas y, alguna actuación que parece preparada para ser interpretada antológicamente, se quedan en histriónicas y forzadamente irreales, motivos suficientes por los que no llegamos a conectar.

Aún así, lo más interesante de la película es que las actrices están magníficas y reconducen el tema con gran aplomo, intentando poner el máximo convencimiento, eso hace que sigamos el discurrir de los acontecimientos con un relativo interés.

La directora se empeña en darle ritmo un poco loco y algo de dislate cercano a las comedias clásicas de antaño, al estilo Capra o Wilder (“Arsénico y encaje antiguo”; “La tentación vive arriba” o “Historias de Philadelfia”) pero se le escapan ciertos engranajes que hace que no consiga la frescura y espontaneidad que pretende imprimir en la obra y, eso hace que desconectemos con frecuencia. En cualquier caso, es comprensible, porque el guion es demasiado lineal, algo atropellado y falto de giros que conviertan la comedia en encuentros verdaderamente ocurrentes y más chispeantes, algo que el espectador espera pero que no termina de suceder.

Una comedia aseada, con buenas intenciones, lleno de amor hacia los personajes, tema de actualidad y grandes profesionales en todas sus ramas, eso hace que se vea con cierto agrado, aunque son más grandes las expectativas que el resultado final.

Pepe Méndez