Año: 2020

Duración: 86 min.

País:  España

Dirección: Laura Mañá

Guion: Abraham Sastre, Iván José Bouso

Música: Javier Gimeno, Luc Suárez

Fotografía: Sergi Gallardo

Reparto

Quim GutiérrezNatalia TenaErnesto AlterioAlfonso BassaveAlba RibasPatricia VicoFrancesc AlbiolNúria VallsVanessa CastroDavid LifschitzGarazi BelokiJosé García RuizJaume Felip

Sinopsis

A Marcos (Quim Gutiérrez) le ha dejado su novia justo cuando iba a pedirle matrimonio, le han echado del trabajo y vuelve a vivir con sus padres. Su vida se ha convertido de repente en un desastre, de los grandes. Con semejante panorama Marcos está decidido a reinventarse y triunfar, pero no tiene ni idea de por dónde empezar. Por eso acude al lugar donde todo se encuentra: Internet.

Crítica

De las siete películas dirigidas por Laura Mañà, esta es, quizá, la más distendida y desenfadada. Sin ninguna pretensión de ser una comedia trascendente, ha creado unos personajes muy sueltos, de esa típica familiaridad cotidiana que podríamos encontrar de compañeros en el trabajo confesándonos sus problemas afectivos. Para reforzar el acercamiento, la directora les induce a hacer guiños al espectador, efecto que, por haberlo utilizado algunos maestros de la comedia -desde Groucho March a Woody Allen– se requiere gran soltura, naturalidad del actor y una parte de sorpresa cómica que envuelva el gag. En este caso, dada la sensación de solidez del personaje, interpretado por Quim Gutiérrez, la cosa funciona a medias, porque no siempre el texto acompaña al momento dramático-afectivo.

No obstante, el desarrollo de esta comedia moderna, se sigue fluidamente, acompañando el buen humor -a veces agridulce, como toda comedia que se precie- y la sonrisa medio contenida que los personajes nos consiguen provoca. No es una comedia de carcajada, pero si nos sirve para pasar un rato evadidos de cualquier preocupación y salir de la sala con buen humor.

Es una de esas películas que por su temática: conflictos afectivos a partir de los primeros desengaños con la pareja que creíamos ideal, puede interesar tanto a los muy jóvenes como a los treintañeros que tienen que replantearse una nueva manera de relaciones diferentes, más libres, intrascendentes y, a tono con los tiempos de comunicaciones en las redes sociales. Aunque le echamos en falta un poco mas de compromiso social y algo de inmersión en los problemas del marco en que nos encontramos. Referencias que, aunque en tono jocoso, la situarían en su tiempo con algo más de contexto.

Aunque todas las interpretaciones dan el tono adecuado a su papel, sería injusto no destacar muy por encima de todos sus compañeros de reparto a la gran Natalia Tena, por el desparpajo en su papel y el gran carisma que desprende desde el momento de su aparición. Aunque el personaje central sea Marcos, encarnado por Gutiérrez, el de Natalia es el personaje más entrañable, tierno, romántico y sobresaliente de la película y, me temo, que sin esa actriz en la historia el resultado sería ostensiblemente inferior. Aunque lo ha demostrado en los variados personajes desarrollados en su carrera, acabado de verla en Te quiero, imbécil, no me duelen prendas repetir que esta actriz es una joya, y su presencia en esta película es de excelencia. Una gran suerte para todos, historia, película y público.

Pepe Méndez