No había una butaca libre en la proyección de Frantz, que llegará a España el próximo 30 de diciembre,  ni en el posterior coloquio de Ozon, que en esta ocasión se sitúa en Alemania después de la Primera Guerra Mundial, donde una joven deja todos los días flores en la tumba de su prometido, que murió en Francia a causa de la guerra.

Un día, un joven francés también deposita flores en la tumba de Frantz y lamenta su fallecimiento. A partir de ahí, la película construye una reflexión sobre el duelo y la mentira. Rodada en francés y alemán, y en blanco y negro, con algunas secuencias en color –“la pensé en color, pero 15 días antes de empezar a filmar,les dije a mis productores que la iba a hacer en blanco y negro para dar mayor realismo”-, Ozon reiteró que su obra tenía un tono diferente a la de Lubitsch “porque las dos películas se realizaron en momentos muy distintos.

“La de Lubitsch es más optimista y pacifista porque desconocía que habría una Segunda Guerra Mundial”, matizó Ozon, que ha dado mucha fuerza a la mentira en sus últimas películas. “Me interesa la mentira porque el cine es mentira y me encanta el cine. Parece una paradoja, pero a veces la mentira es más útil para el bien de una persona que la verdad”.

 

La mentira, el perdón y el duelo


Miembro de esa selectiva comunidad de realizadores respetados por los espectadores  y los críticos, y querido por los festivales más importantes del mundo, Ozon, a quien le es más fácil hablar desde el ángulo femenino que masculino en sus películas, alabó a los actores alemanes que trabajaron en su filme. “Escribí el guion en francés, y ellos me aconsejaron y ayudaron sobre los diálogos, dando matices sobre el idioma –él habla alemán, la primera lengua extranjera que aprendió-“.
 

Que la cultura puede unir a los pueblos  es la idea central de Frantz, donde los alemanes “no son los malos de la película, como muestra casi siempre el cine francés”, puntualizó el autor de esta película sobre la mentira, el perdón y el duelo –“cuando abordas el tema del duelo, está claro que la referencia de Vértigo, de Hitchock, está en la película”- en la que cobra presencia la literatura romántica austríaca y alemana.
 

Preguntado por una escena en la que se canta ‘La Marsellesa’, “un canto de unión entre los franceses después de los atentados de Charlie Hebdo . Este himno tiene una letra extremadamente violenta, pero a fuerza de oirlo lo habíamos olvidado”, explicó.
 

La visita de François Ozon se enmarca dentro de las que son actividades “prioritarias” de la terna presidencial, que persigue que la Academia sea “la casa del cine para todos”, dijo Mariano Barroso, vicepresidente primero de la institución, quien recordó a Josetxo Moreno , socio fundador de la distribuidora, exhibidora y productora Golem, responsable de la distribución de varias películas de Ozon.

 

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