Amazing Grace
Año: 2018
Duración: 87 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Alan Elliott, Sydney Pollack
Música:Aretha Franklin
Reparto
Documentary, Aretha Franklin, Reverand James Cleveland, C.L. Franklin, Alexander Hamilton, Bernard Purdie, Chuck Rainey, Clara Ward, Mick Jagger, Sydney Pollack, Charlie Watts
Sinopsis:
En enero de 1972, la gran Aretha Franklin actuó durante dos días dando un concierto de gospel en la Iglesia Bautista Misionera New Temple en Watts, Los Ángeles, grabando lo que se convertiría en su álbum más vendido, «Amazing Grace». Las sesiones fueron filmadas por un equipo de rodaje liderado por el director Sydney Pollack, pero el material de archivo terminó en una bóveda y ha sido durante 4 décadas uno de los tesoros cinematográficos perdidos de la música del siglo XX. Antes de la muerte de Pollack en 2008, el directo expresó su deseo de que se completara la película, y el productor Alan Elliott lo abordó con un equipo de gente apasionada con el proyecto.
Opinión:
Podíamos haber oído canciones de ese concierto una y cien veces, y haber quedado extasiados escuchando una voz prodigiosa, unos tonos inalcanzables para la mayoría de cantantes -sean o no de gospel- un candor en su voz que por momentos te trasporte a la ensoñación y la espiritualidad mas introspectiva imaginable, pero aun así, cuando ves esta película te das cuenta de los estrechos límites en los que te habías quedado en relación a la amalgama de recepción de sentimientos y sensaciones celestiales llenos de pureza.
El prodigio de lo que puede llegar a hacer una voz en las conciencias de los presentes, queda reflejado en este magistral documental montado por Allan Elliott, cuarenta años después de haberse rodado y, aunque los efectos en los espectadores del film no sean los mismos que los causados en los asistentes que en directo presenciaron el concierto, he de decir que uno no puede sustraerse a la emocionalidad que, como un manto sanador llena la sala y cubre al espectador apabullado por tanta belleza sonora y visual. El concierto fue una misa de dos horas que se convirtió en una catarsis de todos los presentes, que de una manera u otra, tomaban conciencia de la relativa importancia física para entrar en un estrato en donde sacudían sus conciencias para entrar, como en un sueño, en la eteroidad de sus espíritus.
Que suerte poder disfrutar de este maravilloso e impagable legado cinematográfico filmado por un maestro, Sidney pollack, que supo recoger tantos matices y reacciones ante aquella voz tan única de Aretha Franklin, dulce y a la vez portentosa, capaz de trasmitir a través de ella tantas sensaciones.
P. M.