Ben-Hur. Título original
Año: 2016
Duración: 124 min.
País: Estados Unidos
Director: Timur Bekmambetov
Guión: Keith R. Clarke, John Ridley (Novela: Lewis Wallace)
Música: Marco Beltrami
Fotografía: Oliver Wood
Reparto
Jack Huston, Toby Kebbell, Morgan Freeman, Rodrigo Santoro, Nazanin Boniadi,Pedro Pascal, Olivia Cooke, Ayelet Zurer, Sofia Black-D’Elia, Alisha Heng, Marwan Kenzari, Nico Toffoli
Productora
Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) / Paramount Pictures / Sean Daniel Company
Sinopsis
Judah Ben-Hur (Jack Huston) es un príncipe falsamente acusado de traición por su hermano adoptivo Messala (Toby Kebbell), un oficial del ejército romano. Desposeído de su título y separado de su familia y de la mujer que ama (Nazanin Boniadi), Judah es condenado a la esclavitud en las galeras. Después de varios años, Judah regresa a su tierra natal en busca de venganza, pero encontrará su propia redención.
Comentario crítico:
En el cine, quizá más que en cualquier otro medio de expresión artística, cada época tiene su particular lenguaje, que no se basa únicamente en narrarnos la historia si no que utiliza unas herramientas que le dan un estilo en la manera de contar del momento, adaptada a las costumbres y forma de entender la corriente discursiva de esa época.
Timur Bekmambetov ha querido modernizar esta cuarta adaptación de la novela de Lewis Wallace, con algunos efectos digitales y otras escenas de relación afectiva entre los principales personajes, se supone que para darle más fuerza a la tragedia posterior: Mesala con Judah Ben Hur y su familia, remontándose esa relación a cuando ellos eran adolescentes, pero ni el tratamiento de efectos especiales son lo suficientemente potentes ni atractivos, ni la parte dramática argumental logra en ningún momento que nos sintamos realmente atrapados por ninguna de las escenas que nos van desgranado la historia ni empatía con sus personajes.
¿A que se debe ese distanciamiento? Según mi punto de vista: aparte de que hay una puesta en escena demasiado laxa, que no ambientan con suficiente veracidad la atmósfera de esa época imperial romana; los diálogos de los personajes son simplones, monótonos, carentes de fuerza dramática, tanto en la parte de relación afectiva como cuando han de servir para desencadenar la tensión dramática. Por otra parte; a veces se recrea con escenas demasiado manidas, vistas y oídas en películas de serie B y, otras veces, se precipita en acortar secuencias que requieren más información y carga dramática para asimilar bien la interioridad de los personajes y que, estos nos logren transmitir sus angustias, la razón de su proceder, sus contradicciones, su rabia, su amor y sus odios.
También creo que las apariciones de Jesus quedan algo pastosas y muy de postal de catecismo, aunque debo reconocer que el actor consigue hacer una buena caracterización de tan especial personaje.
Quedan mucho aspectos que podríamos enumerar que no funcionan lo suficientemente bien como para que nos puedan impactar y compensar, de alguna manera, una balanza no demasiado positiva; una, quizá la más importante es cuando llegamos al momento que creemos culminante de la película, la carrera de cuadrigas de varios contendientes en la que participan Mesala y Ben Hur, y en la que se supone que uno de los dos saldrá derrotado. En esa larga secuencia en la que está depositada toda la espectacularidad de la película, de imágenes reales mezclados con impactantes efectos especiales, aunque es obvio que consigue ser la más sobrecogedora secuencia, aun así no logra emocionarnos lo suficiente por falta de verismo.
El otro aspecto realmente destacable es: una resolución final de la historia, digna del movimiento flower power de los años sesenta, de una ingenuidad propia de cómic para adolescentes.
Sobre el elenco de actores y actrices podemos decir que cumplen, aportan su hermosa planta de galanes que se debaten entre la amistad y la venganza, pero, ¿transmiten esos sentimientos realmente? ¿Reflejan la suficiente dureza como para creernos a esos personajes? ¿Podemos ver en ellos esos curtidos personajes que se supone que son? Y claro, es inevitable no acordarnos del Mesala, interpretado por Stephen Boyd, o del Ben Hur, encarnado por Charlton Heston en la película de Willian Wyller, para convenir al momento, que no es suficiente ser buen actor, hay que caracterizar al personaje y llenarlo de realismo, y es evidente que eso falla en este Ben Hur de Timur Bekmambetov.
Una vez vista esta película y escuchado su buena banda sonora que ha hecho Marco Beltrami para acompañar las imágenes, es inevitable no rememorar los grandiosos e inspiradísimos temas musicales que creara Miklós Rózsa para aquella película del 1959, y es que, escena por escena, plano a plano, personaje por personaje, nota musical por nota música no resiste la comparación, y ese es el problema, que una nuevaversión se hace para mejorar la anterior o no se hace porque ¿para que queremos la copia si ya tenemos el original? Porque, si el director quería mostrar algunos comportamientos injustos y despóticos del poder, eso ya quedaba mejor reflejado en aquella que en la actual.
En cualquier caso es una película curiosa, posiblemente realizada en un tiempo que no es el adecuado para lo que el público joven está acostumbrado a ver, pero que si nos desprendemos totalmente de prejuicios es posible que pasemos un rato de buen entretenimiento. Pero sin exigirnos nada de antemano.
Pepe Méndez