Cuando los ángeles duermen
estreno 7 de septiembre
Año: 2018
Duración: 91 min.
País: España
Dirección: Gonzalo Bendala
Guion: Gonzalo Bendala
Música: Pablo Cervantes
Fotografía: Sergi Gallardo
Reparto
Julián Villagrán, Marián Álvarez, Ester Expósito, Marisol Membrillo,Adolfo Fernández, Helena Castañeda, Christian Mulas, Ramiro Alonso
Productora: Áralan Films
Sinopsis
Germán, un honrado padre de familia, ve cómo todo su mundo se tambalea la noche en que, conduciendo de regreso a casa, atropella accidentalmente a dos chicas adolescentes. A partir de ese momento, Germán tendrá que hacer todo cuanto esté en su mano para evitar que su vida quede destrozada para siempre.
Crítica:
La película está bien construida para que sea un drama de terror. El guion de Gonzalo Bandala pone en juego una serie de elementos, de libro, pero perfectos para una historia que se plantea entre; como posible drama verídico que evoluciona hacia la pesadilla, y suceso que, por su desarrollo tiende hacia una historia de terror. Los elementos con los que juega son: la noche, una carretera solitaria, un atropello involuntario por un padre de familia que conduce cansado y ansioso por llegar a su casa al cumpleaños de su hija, unas chicas histéricas que huyen de unos pasotas acosadores, una sospecha de infidelidad y unos esperpénticos guardias civiles que no se enteran casi de nada. Como se ve, son ingredientes suficientes para armazonar un buen producto de género, que por momentos da el pego, pero creemos que le ha faltado equilibrio y lógica en el comportamiento de algunos personajes y su relación con el entorno, por eso, a veces salimos de la historia mientras estamos viéndola, sin creernos del todo que aquello pueda ser real, y eso rebaja la posible tensión creada.
Los matices de soterrado terrorismo que el director integra, quedan desvirtuados por cargar las tintas en la exageración y por ahí se escapa la posible veracidad con la que se quiere impregnar la obra, que es la razón que la mantendría en pie. Así que, esos elementos cinematográficos que refuerzan el interés por el drama quedan diluidos por no haber sabido medir las pulsiones humanas.
Los actores cumplen su papel, sobre todo Julian Villagran y Marian Álvarez, aunque intuimos -sin asegurar- que quizá hubieran podido hacer algo mas para trasmitir ese punto de lógica a los giros de la historia y a las reacciones, a veces incomprensibles de los personajes.
Pepe Méndez