“Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compacdiscs y abrelatas eléctricos.
Elige la salud: colesterol bajo y seguros dentales, elige pagar hipotecas a intéres fijo, elige un piso piloto, elige a tus amigos.
Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige el bricolaje y pregúntarte quien coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el puto sofa a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura.
Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima ,en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoistas y hechos polvo que has engendrado para reeemplazarte.
Elige tu futuro. Elige la vida.
Pero, ¿por qué iba a querer hacer algo así?. Yo elegí no elegir la vida. Yo elegí otra cosa, y las razones: No hay razones.
¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?”
Primero hubo una oportunidad, después vino la traición. Ya hace 20 años de la primera vez que pudimos ver como Mark Renton cruzaba ese puente, con una sonrisa en la cara mientras robaba a sus amigos el dinero de sus trapicheos. O lo que es lo mismo, ya hace 20 años que Trainspotting se estrenó, una de las películas más icónicas del cine contemporáneo.
Con este panorama, Danny Boyle tenía una papeleta muy difícil con esta secuela. Y realmente, cuando empezó a salir información sobre la película, y se reveló que contaría con el reparto original, es decir, Ewan McGregor (Renton) , Ewen Bremner (Spud), Jonny Lee Miller (Simmon “Sick boy”) y Robert Carlyle (Begbie), personalmente creía que esto pintaba bien. Muy bien. Con motivo de su estreno, recogimos una serie de curiosidades sobre esta película aquí.
Trainspotting ha sido desde siempre una de mis películas favoritas, tal y como recogimos hace un tiempo aquí. Y es por ello que estaba entusiasmado por la película desde que este trailer vio la luz allá por Noviembre:
La verdad, con un trailer tan potente, iba al cine bastante emocionado, pero sabiendo que lo más probable era que no pudiera ver un producto tan potente como la primera parte, y de hecho, creía que iba a seguir la misma fórmula de éxito de la primera parte. Sin embargo, no es así, y eso hace que T2 Trainspotting sea una gran película.
Esta segunda parte se basa en “Porno” libro de Irvine Welsh que continúa con la historia de Trainspotting. La principal diferencia entre novela y film es el tiempo, ya que mientras en la obra de Welsh sólo han pasado 10 años, en la gran pantalla se nos habla de 20, el tiempo real que ha pasado entre el estreno de las partes.
La película trata de mostrar cómo serían las vidas de los personajes de la primera parte tras 20 años. Renton ha iniciado una nueva vida en Amsterdam con el dinero que le robó a sus amigos. Simon “Sick Boy” ahora es dueño de un bar. Begbie se encuentra en la cárcel y Spud….bueno, sigue siendo Spud. Sin embargo, Renton decide volver a casa, a Edimburgo, a pesar de saber que quizá sus amigos no lo reciban con los brazos abiertos. Sin embargo, la trama del libro y la de la película sólo comparten los rasgos más grandes y algunas situaciones, siendo una adaptación muy libre.
Desde un primer momento, la obra de Danny Boyle rinde homenaje a los tiempos pasados. Y por lo tanto, a su precedesora. Durante todo el metraje, vemos partes del Trainspotting original, junto a imágenes y fotos que nos muestran momentos de locuras de nuestros protagonistas cuando eran jóvenes, intentando mantener la obra de 1996 en nuestras cabezas. Y es que en el ambiente flota la idea de Jorge Manrique de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
No son pocas las escenas en las que se añora el pasado, en el que se recuerdan las viejas historias con cierta nostalgia. Y es que ni ellos son las mismas personas ni las circunstancias son iguales. Son unos hombres en mitad de la crisis de los 40, que intentan de cualquier forma sentirse jóvenes de nuevo.
De hecho, el único arco argumental que busca separarse de la persona que era antes es el de Spud. Desde su primer encuentro con Renton, Spud busca hacer algo para cambiar y alejarse de la droga. Y sinceramente, que uno de los personajes más enganchados haga un cambio tan drástico, me parece, sencillamente, brutal.
T2 Trainspotting, a nivel visual, sigue muy parecida a su predecesora. Se nota el cambio de director de fotografía, pero la marca de la casa sigue intacta, como el uso de muchos planos holandeses o el destacar y jugar con los formatos de lo que vemos y lo que están hablando, por ejemplo, en un momento concreto vemos un plano la sobreimpresión del piso mientras el ascensor va subiendo. Danny Boyle deja su sello, al mostrarnos a los personajes en momentos límite y haciendo gala de un humor canalla.
Es un tipo de humor que, sin llegar a eclipsar, se encuentra ahí. No son bromas sin más, se siente como que los actos de los personajes son los que hacen que esas cosas sucedan, tanto con sus actos como con sus palabras, al contrario que sucede en otras tantas películas puramente cómicas, en las que parece que las situaciones vayan pasando….bueno, porque tienen que pasar porque el guión así lo exige.
En el apartado sonoro, encontramos una banda sonora bastante superior a la media, en la cual repiten varias canciones de la primera parte, como el Lust for life de Iggy pop, que ya fuera icónico allá por 1996.
Al igual que sucedía con la primera parte, las personalidades de los personajes están profundamente marcadas, y esa es una de las razones que hace que la película funcione bien. Se nota que están cómodos juntos. Se nota que hay química. En lugar de eclipsarse, cada uno aporta algo diferente. Si de la primera parte el que más destacaba era Renton, creo que en esta segunda parte toma mucho más protagonismo Spud, que tal y como he dicho antes, es el único que realmente desea madurar y seguir adelante, alejarse de esa espiral de drogas y chanchullos y convertirse en alguien de provecho.
Resumiendo, T2 Trainspotting no es tan grande como la su predecesora. Pero consigue que eso no sea un problema, ya que actúa como un producto que complementa al anterior. No busca contarnos una nueva historia, sino retomar la anterior y enseñarnos que fue de esos personajes que tanto nos marcaron en su día. Elige una secuela, elige verla, elige vida.
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