Malpartida Fluxus Village es el desenlace de los «muchos interrogantes» que se planteó esta joven directora y guionista en su ópera prima, un trabajo que le llevó a conocer en profundidad esta manifestación artística, la obra del artista alemán y la relación entre los habitantes de Malpartida de Cáceres y Wolf Vostell.
«Contabamos con mucho material de archivo, de otros artistas, películas, y también rodamos muchas horas. La idea original era hacer un biopic, pero en el rodaje y montaje nos dejamos llevar por lo que ocurrió y surgió un trabajo muy distinto al que había sobre el papel, más discreto y pequeño», declaró la cineasta en la Academia de Cine, que en el repaso que está realizando por algunas de las obras más reconocidaas de ex alumnos de la ECAM, contó con el realizado por María Peréz y el montador Carlos Egea en Malpartida Fluxus Village.
Acostumbrada a que los espectadores de su documental consulten Internet para saber con detalle qué es el movimiento Fluxus, que supuso toda una revolución creativa al partir de la idea de que cualquier persona podía ser «artista, porque el arte deber ser para todos», Pérez tuvo como referente El encargo del cazador, de Joaquín Jordá, en este título que muestra a un pueblo que acoge algo nuevo «de manera natural, aunque al principio choque. Como dice el crítico Fernando Castro, en Malpartida se ha dado una mutación genética extraña y han pasado de la Edad Media a Fluxus sin estadios intermedios. Se ha producido un extraño matrimonio fructífero». Y en Extremadura ha visto la luz este documental que se ha proyectado en numerosos festivales y en centros de arte, Universidades y escuelas.
Ahora, María Pérez está «obsesionada» con Karen Blixen, la autora de ‘Memorias de África’. «No hago distinción entre la ficción y el documental. La única diferencia es que las personas se interpreten a si mismos o no. Voy hacía el híbrido», dijo.
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