Déjate llevar
Año: 2017
Duración: 107 min.
País: Italia
Dirección: Francesco Amato
Guion: Francesco Bruni
Música: Andrea Farri
Fotografía: Vladan Radovic
Reparto
Toni Servillo, Verónica Echegui, Carla Signoris, Luca Marinelli, Valentina Carnelutti, Pietro Sermonti, Glen Blackhallk, Paolo Graziosi
Género: Comedia
Sinopsis
Elías es un psicoanalista freudiano judío al que el médico le recomienda una dieta estricta y algo de deporte para bajar unos kilos de más. Así es como conoce a Claudia, una atractiva entrenadora personal obsesionada con el culto al cuerpo, pero mucho menos de la mente…
Críticas:
Francesco Amato (Ma che qui fato qui) 2006, ( Cosimo e Nicole) 2012, películas no estrenadas en España, ha reunido como pareja principal a Verónica Echegui y Toni Servillo, que, de principio nos hace pensar que van a combinar como el aceite y el agua, o sea, fatal, pero como el resultado que se buscaba en esta divertida y ligera comedia era, precisamente, ese extraño antagonismo, pues lo que se pretende es una relación de choque que, como el fuelle de un acordeón irá inflándose y desinflándose, según vayan sucediéndose las situaciones chocantes, cuyas aristas, como dientes de sierra, van tensándose y puliendo la aparente e incomprensible relación entre ambos, para ofrecernos un tándem que desentrañara esencias elementales de la personalidad de cada uno de ellos, para, de una manera rocambolesca, descubrirse como es cada uno, y la necesidad de entenderse para volver a vivir y disfrutar el rol social en el que están inmersos por separado. Ella, monitora en un gimnasio, con toda una vida por delante, él, psicólogo judío, algo misántropo y tacaño hasta decir basta, en proceso de separación de su esposa, que está cansada de tanto austeridad y tacañería.
Verónica Echegui, con su gracejo espontaneo muy español y la frescura que desprende durante toda la actuación, consigue arrastrar a situaciones límites, pero divertidas, a todo un viejo carcamal y consigue devolverle la jovialidad y al entusiasmo por la vida.
No es una película trascendente, ni una comedia desternillante, pero desprende jovialidad y frescura. No encontramos dosis de gran humor, pero si optimismo y muchas situaciones graciosas que nos hacen brotar continuamente la sonrisa.
No es la gran comedia italiana de los años 50/60 de Dino Rissi o Victorio de Sica, pero está en esa línea de recuperación de un cine que interese y entretenga.
Pepe Méndez