Año: 2020

Duración: 108 min.

País: Francia

Dirección: Michaël Youn

Guion: David Gilcreast

Fotografía: Stéphane Le Parc

Reparto

Arnaud DucretFrançois-Xavier DemaisonAudrey FleurotCaroline AngladeYoussef HajdiGregoire BonnetMichaël YounFrédérique BelDiane BellamBenjamin BiolayRaphaël CarlierDavid CoscasCharlotte GabrisSaber HalloutMagali LerbeyAmélina LimousinZoé MarchalClaudia Tagbo

Género: Comedia

Sinopsis:

Después de un tiempo de matrimonio, Ben sigue enamorado de su mujer y cree formar una pareja perfecta, hasta que descubre que su esposa le engaña con otro. Humillado, Ben lucha para no derrumbarse, y cree que no lo podrá superar. Le salva encontrarse con Patrick, un viejo amigo, también separado, que le ofrece mudarse a su mansión. Patrick, tiene la intención de aprovechar su celibato recuperado y todos los placeres a los que había renunciado durante su matrimonio. Pronto se unirán al grupo otros divorciados y redactarán las primeras reglas del «Club del Divorcio».

Crítica:

Con ese planteamiento, Michaël Youn nos introduce en los líos monumentales de una pareja de viejos amigos que pretende ahogar sus fracasos matrimoniales organizando experimentales aventuras y fiestas sin freno entre los miembros del club y las invitadas de turno. Todo ello, aderezado de encuentros jocosos, despreocupaciones carnales -ya sabemos como se muestran los franceses en ese aspecto de entender la sexualidad-  algunas ocurrencias chispeantes en los diálogos, para que nos levanten el ánimo y nos hagan olvidar el desolado momento por el que estamos atravesando en la realidad.

 Así que, no busquemos trascendencias en El club de los divorciados, porque lo que se pretende, con toda la buena intención del mundo es, desinhibirnos de problemas y provocar la sonrisa del espectador. A veces lo logra, aunque no siempre, porque con frecuencia las ocurrencias y gags no son lo suficientemente originales, pero el ritmo que imprimen los personajes y sus excentricidades, los excesos casi esperpénticos de algunas situaciones y, el tratamiento picante del tema, aderezado de cierto erotismo en las relaciones, nos mantienen atentos hasta el final y puede que, a algunos les ayude anímicamente a superar el momento. Parece ser que en Francia ha tenido su efecto balsámico, tanto para el espectador como para la industria, según el exitoso resultado de la taquilla, lo cual dice mucho de la película en un año tan escuálido para la salud de cualquier tipo de espectáculo.

Sobre el guion, la pareja Ben y Patrick, antagónicos pero complementarios en el caso de esta comedia, les falta algo de carisma en el aspecto de explotar el lado humorístico. Aun así, salvan sus personajes con solvencia, aunque no con la espontaneidad que requería la historia para ser explotada con la brillantez. Brillantez, en el sentido que requiere la comedia tirando al esperpento desmadrado, tipo El guateque, (1968) hasta llegar a las películas de Santiago Segura, Padre no hay más que uno (2020).  En esa mansión espectacular y deslumbrante en la que juega un papel importante en el atractivo visual en la que se desarrolla gran parte de esta historia y, en la que termina eclosionando el desenlace, se merecía ingredientes con algo mas de chispa, aunque es cierto que no nos deja pausa para aburrirnos, tampoco nos sorprende demasiado, pues parte de; un planteamiento algo arcaico, y, los ingredientes utilizados en el desarrollo del desmadre, integran mucha parte de tópicos que ya conocemos.

En fin, un baño refrescante propio del caluroso verano, sin que tenga influencia en el recuerdo de nuestras vacaciones.

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Pepe Méndez