Título original: Wonderstruck
Año: 2017
Duración: 120 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Todd Haynes
Guion: Brian Selznick (Novela: Brian Selznick)
Música: Carter Burwell
Fotografía: Edward Lachman
Reparto
Oakes Fegley, Julianne Moore, Millicent Simmonds, Michelle Williams, Jaden Michael, Amy Hargreaves, Cory Michael Smith, Tom Noonan, Marko Caka, James Urbaniak, Hays Wellford, Morgan Turner, Ekaterina Samsonov, Raul Torres, John P. McGinty, Mark A. Keeton
Sinopsis
Ben y Rose son niños de dos épocas distintas, que desean en secreto que sus vidas sean diferentes. Ben sueña con el padre que nunca conoció, mientras Rose lo hace con una misteriosa actriz, cuya vida condensa en un cuaderno de recuerdos. Cuando Ben descubre una pista en su casa, y Rose lee un tentador titular en el periódico, ambos comienzan una búsqueda que se desarrollará con una fascinante simetría.
Crítica:
Todd Haynes se ha atrevido a llevar al cine una novela que no es un material nada fácil para una adaptación y conseguir que el público conecte con la historia que cuenta.
La película abarca un tiempo extenso, desde finales del cine mudo (1927) hasta el último tercio del siglo XX y se desarrolla en tres espacios diferentes, así que los personajes, que en su infancia apenas se conocen, por una serie de circunstancias se han de encontrar en Nueva York ya de mayores, hechos que encajan bien y nos dejan un regusto agradable de obra que se ha trabajado minuciosamente para crear una sensación admirable de la película en el espectador, sobre todo, cuando estéticamente se ha empleado una factura preciosista en todos sus apartados, que Todd Haynes ha sabido conjugar, de un guion escrito por el mismo autor de la novela.
Lo que sucede es que, entre la primera parte de la historia y el final, hay un hueco en el que puede desorientar por la falta de conexión entre diferentes historias y lleva al espectador, en ese trecho, a una falta de atención, creemos, en parte a que se quiere explicar todo lo que se cuenta en la obra original, y también, por empeño del director en recrearse en un discurso estético personal, seguramente intentando conseguir una obra excepcional, pero que da lugar a unos vacíos de ritmo y lagunas difíciles de llenar en el seguimiento de la narración. Es cierto que al final respiramos, porque todo encaja y vuelve a subir la curva de interés, pero esos tramos excesivamente largos en los que entramos en una especie de inopia, desdicen el conjunto de la película por mucho que el director se empeñe en lo contrario con un excelente y rotundo cierre de la obra.
Así que la película se convierte en una recreación dramática de reafirmación de personalidades a lo largo del tiempo, en donde a veces se manifiesta la angustia y la soledad en un mundo que nada tiene que ver con el actual, pero en donde la firmeza y tenacidad termina por conformar una realidad positiva, contada con todo lujo de virtuosismo y ambientada magníficamente, eso sí, en una atmósfera entre oníricamente nostálgica y un aire didáctico por mostrar una época cercana y tan lejana a la vez .
Pepe Méndez