Dirección: Dominic Cooke
Guion: Ian McEwan (Novela: Ian McEwan)
Música: Dan Jones
Fotografía: Sean Bobbitt

Reparto
Saoirse Ronan, Billy Howle, Emily Watson, Anne-Marie Duff, Samuel West,Adrian Scarborough, Bebe Cave, David Olawale Ayinde, Philip Labey,Christopher Bowen, Ty Hurley, Bernardo Santos, Christian Wolf-La’Moy,Oliver Johnstone, Mike Ray, Jonjo O’Neill, Simon North, Claire Ashton
Productora: BBC Films / Number 9 Films
Género:Drama | Años 60
Grupos
Adaptaciones de Ian McEwan

Sinopsis
Inglaterra, 1962. Florence y Edward, tienen poco más de 20 años. Ella de clase media alta, él de clase baja. Inocentes, vírgenes y enamorados cuando aún no se había publicado el primer LP de los Beatles y “El amante de Lady Chatterley” estaba prohibido, se casan y van a pasar su primera noche de bodas a un hotel, junto a la famosa Chesil Beach. Lo que sucede esa noche, entre sus palabras y sus silencios, cambiará sus vidas para siempre.

Opinión:

No he tenido la fortuna de leer la novela de Ian McEwan, y esto es una ligera mordaza para opinar objetivamente con cierta propiedad sobre si la historia que nos cuenta Dominic Cooke, en esta película, refleja realmente las controversias morales que escribió el autor sobre los personajes, o es que el director ha querido ocultarnos las verdaderas razones del choque por el que atraviesan dos jóvenes británicos, Edward y Florence, recién casados y evidentemente enamorados, en ese primer día de luna de miel.
Es cierto, y tiene su importancia, que se sitúe en una época en la que aún no habían aparecido los Beatles, y aún faltaban seis años para el mayo del 68, que son dos hitos importantes a través de los cuales los jóvenes rompieron las cadenas de la moral tradicional, de los tabús sexuales, de la cultura de la represión pre-guerras para poder volar por si mismos y convertirse en entes con carácter y opiniones propias.
Pero intuyo que para que se den en una pareja los resultados que se reflejan en el film, deben añadirse otros motivos, además de los que Dominic Cooke nos muestra. El ocultar hechos en una historia de amor y conflicto, puede envolverla de aparente magia y romanticismo como intencionado valor añadido. Esta la impresión que he tenido viendo «En la playa de Chesil». Es cierto que está realizada con tacto y elegancia. Es cierto que en el año 1962 una gran parte de jóvenes veinteañeros no estaban preparados para esas experiencias de consolidación como pareja, y menos matrimoniales, pero, aun cuando hubiesen estado educados en la preservación virginal y en el sentimiento mojigato
dela pureza y el pecado, es difícil creer, tanta cortedad y prejuicio en dos jóvenes enamorados,llenos de pasión y fuego.
No obstante es interesante como análisis comparativo de dos tiempos no tan lejanos y la evolución cultural y mental en la sociedades occidentales. Aparte de eso, el final redondea esas historias, aunque sea dentro de las nostalgias y de nuestras equivocaciones.

Pepe Méndez