Formentera Lady
Año: 2018
Duración: 85 min.
País: España
Dirección: Pau Durà
Guion: Pau Durà
Fotografía: Miguel Llorens
Reparto
José Sacristán, Jordi Sánchez, Nora Navas, Ferran Rañé, Sandro Ballesteros
Productora
FoscaFilms / Sunrise Picture / Good Machine Films / La Perifèrica Producciones
Sinopsis
Samuel llegó a la Formentera hippie de los 70 y allí sigue. Vive sin luz y toca el banjo en un garito. Un día recibe la visita, después de muchos años, de su hija Anna y de su nieto Marc. Anna, desempleada desde hace tiempo, dice que ha tenido que aceptar un trabajo en Francia y se ve obligada a dejar en la isla a su hijo con Samuel.
Crítica:
La película muestra como hay ciertos sueños que no se pueden mantener toda la vida. Sobre todo, cuando has querido vivir en la hipótesis idealista de la libertad sin condiciones, sin ataduras, y para ello has renunciado hasta del posible éxito como artista, para seguir disfrutando de una vida bohemia, lejos del mundanal ruido, en tu ideal mas purista del término. Existe el riesgo de que a los setenta, el pasado vuelva, y no puedas ya huir de la realidad social que te rodea ni esconderte en el refugio de tu quimérico idealismo forjado cuando tenías veinte y pocos años.
Al final de la vida todos fracasamos, aunque como Samuel, vivamos en una pequeña isla como Formentera, que es un lugar incomparable, elegido voluntariamente por él mismo como refugio de paz en los 70, y manteniendo relación esporádica con unos pocos amigos, alguno, músico como él, o el intento de flirteo con alguna vieja amante que ya no está por esas labores, porque el tiempo pasa inexorable portando, en la mayoría de los casos, soledad.
Así que, ese pasado que vuelve y que fuerza al personaje, -interpretado sabiamente y con un estilo elegante, por un Jose Sacristán, que se ha convertido en un maestro de la escena, en cada personaje que interpreta- a un cambio de vida con obligaciones, que en ningún momentos se había planteado. Pero ese cambio, que en principio se puede interpretar como el fracaso de toda una vida, se puede convertir en un triunfo generoso sobre el egoísmo, poco humano, en el que nos instalamos en ciertas etapas de nuestras vidas.
El conocido actor y ahora director Pau Durá, nos ofrece una película meditada, sin estridencias, a vueltas del recorrido que tantos jóvenes de los setenta forjaron en su mente como el ideal de una vida que pocos llegaron a consolidar, pero que es muy atractiva para cualquier soñador en cualquier época.
Pepe Méndez