Recuerdo perfectamente haber visto ‘Independence Day’ en el pueblo de mis padres y con varios meses de retraso, ya que todas las películas que nos llegaban -que distaban mucho de ser todas- lo hacían así, y disfrutar bastante. Sin embargo, no fue un blockbuster que realmente me marcará como se hicieron por aquella época títulos como ‘Jungla de cristal III: La venganza’ (‘Die Hard with a Vengeance’) o ‘La roca’ (‘The Rock’) que no me cansaba de volver a ver.
Por ello, la idea de una secuela fue algo que nunca me dijo gran cosa, y menos si no era contando con la presencia de Will Smith, cuyo carisma es indiscutible, siendo uno de los aspectos esenciales en una propuesta así. Finalmente no se pudo contar con él, pero Fox logró sacar adelante ‘Independence Day: Contraataque’ (‘Independence Day: Resurgence’) y el resultado ha sido un espectáculo absurdo y aburrido. Lo primero puede ser hasta bueno, pero nunca si va unido a lo segundo.
A mucho peor
Tras acabar ‘Independence Day: Contraataque’ no pude reprimir las ganas de volver a ver la primera entrega para ver si simplemente me conquistó por una cuestión de edad -apenas tenía 12 años cuando se estrenó- o porque realmente tenía ciertas fortalezas de las que carece su secuela. No negaré que me gustó menos de lo que recordaba, pero hay un rasgo esencial que las diferencia, y es que ‘Independence Day’ es competente dentro de lo ridículo que puede llegar a ser lo que cuenta.
Eso es algo que se refleja tanto en el propio guion, donde hay una mayor preocupación para ir preparando al espectador y también para definir a los personajes, como en el propio trabajo de los actores, con todos ellos recitando con solvencia unos diálogos que en ocasiones resultan hasta risibles, e incluso en la forma de abordar la destrucción masiva por parte de Roland Emmerich, quien luego no ha dudado en abusar hasta lo indecible de ella, aunque con resultados más satisfactorios que aquí.
Más allá de eso hay multitud de puntos débiles, pero es que todos ellos, en los que ya entraremos más adelante, son heredados por ‘Independence Day: Contraataque’ de forma mucho más intensa y dejándose por el camino todas y cada una de sus virtudes -a las ya mencionadas habría que mencionar a un Will Smith que aún no sabía equilibrar el uso de su carisma, pero ese uso descontrolado ya le valía para destacar por encima de todos sus compañeros-.
Un entretenimiento sin alicientes
No tengo ningún problema con el punto de partida de ‘Independence Day: Contraataque’, ya que la idea de que los alienígenas regresen para vengarse -sería de ilusos pensar que habían mandado a todos sus efectivos de golpe- y de paso se explique mejor qué les llevo a venir aquí en su momento -en la primera parecía que simplemente disfrutaban destruyendo-, ampliando además el rango de efecto de la misma. Es una ampliación comprensible y necesaria.
El problema está en la forma de ejecutarlo, alternando regresos de personajes a caballo entre lo forzado y lo cansino -el único que se salva, y no por mucho, es Jeff Goldblum- y nuevos rostros, que en el mejor de los casos, Maika Monroe y Angelababy, dan vida a personajes mediocres y en el peor, Jessie T. Usher o Liam Hemsworth, son un somnífero para el interés del público, con explicaciones sobre la historia que carecen de sentido y también de un gancho para sortear este punto.
Todo ello deriva en un inicio en el que también se apuesta por cierta mesura antes de que todo se precipite, pero el guion, en el que debe haber metido mano tanta gente que resulta imposible adjudicar una autoría mínimamente fiable, no logra establecer un escenario estimulante en ningún sentido, sabiendo manejar muy mal su lado más absurdo y haciendo que todo simplemente nos importe un pimiento.
Tampoco ayuda una marcada saturación de personajes y subtramas anodinas, dando la sensación de que simplemente no han sabido aplicar la más mínima economía narrativa para poder contar lo mismo con mucho menos. Eso provoca que ninguna de ellas nos cautive, aburriendo en líneas generales e incluso llegando a resultar irritante en otros casos. Es que hasta te daban ganas de empatizar con los malvados invasores y que acabasen con nuestro planeta.
La gran esperanza que cualquier puede tener con ‘Independence Day: Contrataque’ es que sea divertida, haciendo cualquier tipo de sacrificio necesario para ello -agradecería que tuviera sentido, pero puedo prescindir de ello si al menos me lo hace pasar bien-. No voy a decir que sea una secuela hecha buscando el simple beneficio económico, pero sí que puedo señalar sin miedo a equivocarme que no hay pasión alguna en Emmerich y que todo tiende a la monotonía.
’Independence Day: Contraataque’, un espectáculo rutinario
Nos queda entonces la única salida de que al menos nos ofrezca escenas con tanta fuerza visual que eso justifique de alguna manera sus dos horas de duración -menos mal que no se han dejado llevar por la tendencia de que los blockbusters cada vez sea más largos-. Aquí es justo señalar que sus 165 millones de dólares lucen mucho mejor que los 135 de la disparatada esquizofrenia del último trabajo de Alex Proyas, pero ni una sola vez llega a impresionarnos.
Esto en parte se debe a que ha llegado a un punto en el que las grandes producciones cada vez lo tienen más complicado para sorprendernos en esta faceta, lo que lleva a algunos a optar por la saturación con la esperanza de que algo llegue a funcionar. Ahí es donde se ha ido la mayor parte del presupuesto, ya que todo es más grande y se ha intentado cuidar al máximo su acabado visual, pero es que simplemente sabe a más de lo mismo y sin garra.
Esa incapacidad para impactarnos se debe a que las escenas de acción parecen preparadas más como una necesidad que como algo esencial y distintivo. Diferenciarse es difícil, sobre todo si impera la idea de que al público le vale con más de lo mismo, y tampoco te garantiza para nada el éxito, pero nada bueno puede salir de la suma historia absurda, guion ridículo -hay varios diálogos que tela-, personajes sin alma y acción genérica y repetitiva. Ya puedes gastarte 300 millones en vez de 165 que así seguirá siendo y eso ya se ha dejado notar en su escaso éxito en la taquilla USA.
En definitiva, ‘Independence Day: Contraataque’ no es ya que sea una decepción como la que tuve con ‘Buscando a Dory’ (‘Finding Dory’), sino que simplemente es una continuación vacía de contenido y de diversión. Un trámite inocuo que repite y agiganta sin pasión, algo que supongo que será suficiente para algunos -y todo mi respeto hacia ellos-, pero yo le pedía que me lo hiciera pasar bien por encima de cualquier otra cosa y lo que recibí fue enormes dosis de aburrimiento. Imperdonable.
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La noticia
‘Independence Day: Contraataque’, absurda y aburrida
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Mikel Zorrilla
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