Título original: The Shape of Water
Año: 2017
Duración: 119 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Guillermo del Toro
Guion: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Dan Laustsen
Reparto
Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon, Octavia Spencer, Richard Jenkins, Michael Stuhlbarg, Lauren Lee Smith, David Hewlett, Nick Searcy, Morgan Kelly, Dru Viergever, Maxine Grossman, Amanda Smith, Cyndy Day, Dave Reachill
Sinopsis
En un inquietante laboratorio de alta seguridad, durante la Guerra Fría, se produce una conexión insólita entre dos mundos, aparentemente alejados. La vida de la solitaria Elisa (Sally Hawkins), trabajadora del laboratorio, cambia por completo cuando descubre un experimento clasificado como secreto: un hombre anfibio (Doug Jones) que se encuentra ahí recluido.
Crítica:
La película de Guillermo del Toro es como un concierto musical de trompetas con sordina. Un cuento fantástico contado en voz baja alrededor del fuego, en la intimidad de una noche familiar en pleno invierno, en donde afuera aúllan los lobos y necesitamos el calor del ser que tengamos más cercano, para espantar los peligros y nuestros miedos ancestrales.
Los personajes del cuento son extremos pero dulces, una caricatura de lo humano y el resultado de la evolución de la naturaleza superior, que ha llevado a crear seres tan extraños a nosotros -pero que comparten espacio, aunque en mundos paralelos- y somos incapaces de comprenderles debido a su diferencia y a nuestros miedos a lo desconocido, a nuestro rechazo a lo diferente y al diferente.
La película no se puede entender desde un punto de vista racional cotidiano porque la vida es más dura y nuestro físico material y la carnalidad es una gran barrera para dejar pasar lo desconocido, aquello a lo que no estamos habituados a relacionarnos, así que, la relación de afecto que nos presenta Guillermo del Toro en “La forma del agua” va más allá de lo físico y se convierte en pura poesía y en metáfora de un mundo solo existente en nuestra imaginación, pero nos muestra un camino sublime de aspiración hacia lo espiritual en el que, seguramente, no estamos preparados todavía para entender ni aceptar.
Por otra parte, la película es una historia de buenos y malos, de denuncia y abuso de poder, de espías, de ciencia ficción, en donde la bondad es más fuerte que la maldad.
Es algo más que un cómic con un guion bien construido, una ambientación excepcional, unos escenarios casi góticos, muy propios del género, y unas interpretaciones magníficas que hacen un conjunto propio y único de un talento privilegiado para crear mundos de fantasía humanos y mágicos a la vez.
Pepe Méndez