La número uno
Año: 2017
Producció: Francia
Direcció: Tonie Marshall
Guio: Raphaëlle Bacqué, Marion Doussot, Tonie Marshall
Música: Fabien Kourtzer, Mike Kourtzer
Fotografía: Julien Roux
Repartiment:
Emmanuelle Devos, Suzanne Clément, Richard Berry, Sami Frey, Benjamin Biolay,Francine Bergé, Anne Azoulay, Bernard Verley, John Lynch
Sinopsis
Emmanuelle Blachey es una brillante ingeniera que ha conseguido escalar y finalmente entrar en el comité ejecutivo de su empresa, el gigante francés de la energía. Un día, una red de mujeres influyentes le propone ayuda para conquistar la dirección de una importante empresa que cotiza en bolsa. Esto la convertiría en la primera mujer en ocupar un puesto de tal calibre. Pero en las esferas aún dominadas por los hombres, los obstáculos de tipo profesional y personal se multiplican. La conquista se anunciaba triunfal, pero en realidad se trata de una guerra.
Crítica:
El inteligente recorrido que hace Emmanuel Devos con su personaje en esta película, a las órdenes de su director y co-guionsta Toni Marshall, bien vale visionarlo mas de una vez para saborear, con que elegante manera, va analizando cada una de las trampas que una mujer ha de sortear para ser reconocida y elegida – sea en una empresa privada o un estamento público- en cargos de máxima responsabilidad.
El personaje que interpreta Devos no es una escaladora, ni se desvive por trepar a altos puestos ejecutivos, está donde está, por eficiencia en su cargo y demostrada responsabilidad, sin ninguna estridencia arribista, ni galopada ambiciosa fuera de su función que demuestren altanería o triquiñuelas ansiosas para convertirse en La número uno. Ella puede serlo por méritos propios, reconocidos por todos los demás, pero cuando se trata de elegir el cargo vacante de máxima responsabilidad entran a jugar un papel importante las fuerzas fluctuantes de los mas ambiciosos, de los envidiosos, de los políticos, de los escaladores profesionales, de los que se mueven por favores, en fin, todo un ejército de trepas sin escrúpulos que, unas veces con solapadas “buenas” intenciones y, otras, con enmascaradas intimidaciones, intentarán devorar, hasta el último momento, al mejor posicionado. Si, como en este caso, es una mujer la aspirante, todas esas presiones se multiplicarán por diez.
Es cierto que ningún cargo es elegido inocentemente, sea hombre o mujer, pero en este último caso, por lo que se lucha es a tener las mismas oportunidades entre dos aspirantes, sean del género que sean ambos, para desempeñar un cargo de responsabilidad.
La película abre una serie de frentes y no todos quedan cerrados, además, ni siquiera los más, aparentemente justos, quedan del todo bien librados, con movimientos oscuros y algo manipuladores en función de sus deseos sociopolíticos, y eso la hace más realista.
Para explicar todos esos movimientos, el director Toni Marshall se toma su tiempo sin precipitaciones, y los va desgranando pausadamente, consciente de que esos temas son complejos para el espectador, y puede llegar a salirse del tema si no los entiende en su totalidad, así que , desde el principio coge a su personaje, encarnado excelentemente por una Emmanuelle Devos compenetrada en su papel, con una elegancia que da gozo verla, y lo pasea por cada uno de los inestables peldaños, escrutando sin precipitación las posibles trampas que le pueden haber tendido, en unos casos por osada y, en otros, simplemente por ser mujer, antes de subir hasta el piso mas alto.
Pepe Méndez