'Madrid, Above the Moon', turista de uno mismo

Madrid Above The Moon Cartel

‘Madrid, Above the Moon’, es el primer largometraje en 10 años del madrileño Miguel Santesmases y el cuarto de toda su filmografía, pero sin duda, es el más especial. Y es que con esta cuarta incursión en el largometraje, Santesmeses firma su película más personal, extraña y sugerente de su carrera, pero sobre todo, la más libre.

Es uno de esos títulos rara avis de la cinematografía española, perteneciente a ese grupo de títulos ya -tristemente- catalogados como low-cost, pero que proponen una visión narrativa, creativa y estética diferente. ‘Madrid, Above the Moon’ reflexiona sobre el amor, la ciudad y sobre todo, sobre ella misma.

El turista permanente

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En ‘Madrid, Above the Moon’, Ernesto es un fotógrafo al que no le van muy bien las cosas. Su amigo Miguel le ha prestado su casa para que la cuide durante su ausencia y sin darse cuenta, Ernesto sale a la calle a fotografiar turistas y de paso, tratar de ligar con ellas haciédose pasar por su exitoso amigo Miguel. Haciendo fotos a turistas en una plaza de Madrid, Ernesto conoce a Susan. Se gustan, claro, aunque no inmediatamente. Pero los dioses no nos son siempre favorables. Ni las películas tampoco.

Y es que el objetivo de Santesmases con su nueva película es la de desmontar y desmitificar todas esas comedias románticas indies sobre el amor a primera vista, de largos paseos y conversaciones -¡hola Richard Linklater!- y a la vez, hacer una él mismo. ‘Madrid, Above the Moon’ no es más que la historia de un hombre perdido y solo y de su obsesión por encontrar a alguien de quien enamorarse y con quien poder pasear sin complejos, aunque se nos retrata de forma mucho más realista, pesimista y ciertamente, nostálgica.

Uno de sus grandes puntos fuertes es, quizás, que la película es consciente de que es una película. Miguel Santesmases no duda en utilizar el metalenguaje de forma original y conclusiva, en la que personajes dudan de su verdadera existencia y con la que cierra su reflexión sobre su género cinematográfico.

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Por eso, el protagonista de ‘Madrid, Above the Moon’ se comporta como un turista en una ciudad que conoce muy bien, Madrid. Ser un turista que le permite perderse y buscarse, y encontrar lo que anda buscando. Quizá por eso, la elección de rodar casi toda la cinta en inglés -las conversaciones de Ernesto con su mejor amigo son en español y divertidísimas-, para crear esa especie de turista permanente y su necesidad de estar siempre buscando.

Y como en todas esas películas de las que ‘Madrid, Above the Moon’ bebe para ridiculizarlas y a la vez, homenajearlas con mucho respeto, la ciudad es un lugar primordial, y aunque suene a tópico, un personaje más de la cinta. Luminosa, alegre y punto de encuentro, de noches claras y luna grande. Ideal para perderse y buscar entre las estatuas del Palacio Real, revelar sus secretos, sus momentos de calma y todo su caos, siendo casi, casi como el viaje que realiza el personaje de Ernesto.

Los nuevos musos del cine indie

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‘Madrid, Above the Moon’ es, al fin y al cabo, una película sencilla dentro de su complejidad a la hora de retratar uno de los grandes miedos humanos, el de la soledad. Su narración fluye con tanta naturalidad, que la presencia de su héroe -más bien antihéroe-, casi vagabundeando por las calles de Madrid con el rostro del poco conocido actor Víctor Vidal, resulta imprescindible para atraparnos. Junto a Vidal, un grupo de actores que entra, desde ya, en el grupo de musos del cine indie español, destacando a la natualísima Rocío León y Bernabé Fernández.

¿Un defecto de ‘Madrid, Above the Moon’? Está clara que su limitada distribución. Un pero muy grande que no ha permitido que esta agradable comedia realista y a la vez mágica, y consciente de sí misma, llegue a más público. Por suerte, sois muy afortunados y podéis verla en Filmin. De nada.