Malcolm & Marie

Año: 2021

Duración: 106 min.

País: Estados Unidos

Dirección y guion: Sam Levinson

Reparto

ZendayaJohn David Washington

Sinopsis

La relación de un director de cine y su novia es puesta a prueba cuando regresan a casa tras el estreno de su película y esperan las reacciones de los críticos.

Crítica:

A los artistas les gusta ser reconocidos como grandes personajes. Eso les colma el ego, potencia su narcisismo y les hace sentirse importantes. Por lo general la humildad no es una de sus principales virtudes. Cuando profundizamos en cada uno de ellos vemos que como seres humanos no les acompaña la misma grandeza y, ambas virtudes pueden ir por caminos diametralmente opuestos, aunque hayan excepciones que se manifiesten proporcionalmente unidas y, ahí es donde se reconocerá la inteligencia del verdaderamente gran creador y el valor de su obra: su humanidad y la comprensión del mundo a partir de sentirse persona y captar su dimensión a través de los ojos de hombre. Lo demás es autoengaño, banalidad y fuegos de artificiales.

Algo de eso y algunas cosas mas se plantean en esta historia escrita y dirigida por Sam Levinson (hijo de Barry Levinson, director de una treintena de películas entre ellas éxitos como Rain Man, Sleepers, Acoso o La sombra del actor) que, al mismo tiempo de ser una película claramente intimista, el director se ha esforzado en contarla a través de una narrativa de alambicado estilo grandilocuente. Se entiende el motivo que le ha llevado a ello, ya que, una película que sucede en un solo escenario, con dos únicos personajes y que se cuenta prácticamente a través de largos planos secuencia, lo que haya dentro del plano es aconsejable que despierte poderosa atracción visual -tanto carnal como estética- para que interese al espectador, además de que, argumentalmente le acompañe un desarrollo emocional cautivador. Todo eso no es un reproche a la obra, sino una afirmación del resultado de una escritura justificada en un film de bajo presupuesto, metódicamente planificado, que en nada la contradice el estilo.

Y sí, esa carnalidad subyugante, algo mágica por su atractivo perturbador lo encontramos en Zendaya, interpretando el personaje de Marie, la actriz de la película que se supone que acaban de estrenar, y que reprocha al director y compañero sentimental su falta de reconocimiento artístico y humano. Hay que decir que Zendaya está verdaderamente espléndida y poderosa encarnando su papel reivindicativo, cambiando de registro con personalidad y carácter, a veces amorosa y otras enfadada, otras reprochando al compañero su excesivo divismo, sin advertir la contradicción de que esos mismos argumentos manifiestan el suyo propio.

En esos 106 minutos se habla con pasión sobre los roles del artista y la dependencia de unos sobre otros, de la necesidad de reconocimiento de todos aquellos que realizan una obra artística, del racismo en la cultura, de la fidelidad de la pareja, de la estupidez y el engreimiento por el éxito del momento, del amor y el desamor, de los desengaños, de la felicidad, del sueño y la realidad, y de algunas cosas más, como las necesidades fisiológicas y emocionales del ser humano como ser vivo.

La puesta en escena es como bailar un bolero, tanto en lo visual como los debates dialécticos entre ambos personajes, girando sobre nosotros mismos hasta que la música pone punto final al baile. Por tanto, dadas sus características de obra tan personal, es posible que este sea un film que emocione y lleve al disfrute a un tipo de público pero que, por su afán de virtuosismo, algo barroco, después de treinta minutos de proyección deje de interesar a otros, aunque yo aconsejo disfrutarla sin parpadear, para no perderse nada de lo que se dice, ni lo que se ve porque pese a los pros y los contras que podamos encontrar, es un film que destila talento. ¡ Y es tan gratificante ver ese derroche en gente tan joven!

Pepe Méndez