Año: 2020
Duración: 99 min.
País: España
Dirección y guion: Jorge Acebo Canedo
Reparto
Francesc Garrido, Paula Bertolín, Mario Gas, Gonzalo Cunill, Jaume Comas, Isak Férriz
Productora: El Dedo en el Ojo
Sinopsis
Un director de cine fugitivo en el exilio, llamado H, regresa a la ciudad industrial de la que huyó en el pasado, en un tiempo y lugar desconocido. Podrá quedarse a condición de aceptar las normas generales: cualquier deseo carece de importancia, cualquier recuerdo es innecesario.
Crítica:
Es posible que alguien entienda ese torrente de ideas espesas y distópicas que plantea la película, pero cinematográficamente se exponen en tal remolino de caótica espesura y negritud estética que es difícil seguir el hilo argumental para poder llegar a comprender hacia donde pretende aterrizar el director. El cúmulo de ideas y tesis apocalípticas, nos llevan a preguntarnos unas cuantas veces durante la proyección ¿cual es la propuesta de la película? ¿Qué buscan y a donde van los personajes?
En ese divagar buscando respuestas, nos conducen a pensar en la peregrina idea de que es un film que podía entroncar con una continuidad de estilo de la Escuela de Barcelona, de hace 50 años -si es que ese movimiento tuvo un estilo propio- pero con ideas más monolíticas y menos lúdicas y divertidas. Desde luego, entre plano y plano sin entender nada, pronto rechacé la idea por peregrina, así que me conformo con la poco estimulante ausencia de conclusiones y otorgándole la categoría de que es un film insólito, de difícil degustación, que ha escogido un camino -no sabemos si deliberadamente o no- en contra dirección, con un estilo que es el reverso del gusto general del público, al margen de que pueda surgir algún iluminatis que la catalogue como obra maestra.
La película reúne un buen plantel de solventes y reconocidos actores que sueltan sus panegíricos, o se pasean delante de la cámara, distantes y herméticos en sus personajes, sin que podamos reconocerles ninguna humanidad ni señales de acercamiento al espectador que, por otra parte, sí que le puede llegar a agobiar ese enclaustramiento en el que se hallan, sin posibilidad de salida, de unos seres encerrados en espacios oscuros y circunstancias problemáticas, que sospechamos permanentes y sin solución. Como la muerte.
Puede que sea la vida, vista desde su negritud y pesimismo irredente.
P. M.