Año:2020
País: Francia
Dirección y guion: Grégory Magne
Reparto:
Emmanuelle Devos, Grégory Montel, Gustave Kervern, Zelie Rixhon, Sergi López, William Sciortino
Sinopsis:
Anne Walberg es una estrella del mundo de los perfumes. Crea fragancias y vende su increíble talento a todo tipo de empresas. Vive como una diva, egoísta y con mucho temperamento. Guillaume es su nuevo chófer y la única persona de su alrededor que no tiene miedo a plantarle cara.
Crítica:
Un film con buen ritmo cuya historia seguimos con fluidez, pero sin ser demasiado original, a no ser por el oficio de Anne, el personaje femenino, que se ha creado un prestigio por su capacidad para distinguir olores y crear algunas fragancias de éxito en el mundo de las campañas de lanzamientos de nuevos perfumes de impacto.
Pero Anne, personaje interpretado con sobriedad y elegancia por Emmanuelle Devos, arrastra una aureola de mujer difícil, muy ordenada y meticulosa, nada empática ni moldeable, que se relaciona con los demás de una manera casi tiránica, así que su vida sentimental se desarrolla sumergida en una atmósfera de una extrema soledad, lo que nos hace dudar si esa puede ser la causa de su, casi tiránico carácter, o es este el que le ha llevado a su aislamiento.
En uno de sus encargos profesionales le asignan un chofer, Guillaume, (Grégory Montel) que le ha de acompañar en el viaje. Guillaume es un personaje algo anárquico, un poco primitivo, de reacciones instintivas pero sinceras, que no se ajusta demasiado a las reglas, que tiene problemas laborales y familiares y que huye de los compromisos rígidos, así que cuando se encuentra que lo que Anne le ordena hacer no es de su competencia se enfrenta a ella, creándose las consabidas fricciones, aunque expuestas con total sinceridad por ambas partes. A partir de ahí, cuando todo parece ser un desastre para ambos, empieza un aprendizaje sobre la manera de cómo puede fluir el entendimiento en las relaciones humanas desde posturas iniciales opuestas y, hasta puede que dispares, y el film se convierte en un camino narrativo de comedia amable y, en ciertos momentos de agradable satisfacción.
Unos cuantos motivos nos elevan el ánimo; uno de ellos es la excelente interpretación que hacen creíbles a los personajes que dan vida, otro es su tono equilibrado de fluidez narrativo y, como Grégory Magne hace moderadamente progresivo el crecimiento de esos personajes. También es meritorio como ha sabido conseguir un final de una historia, en clave de comedia clásica, con toques de ligero melodrama, en la que por cierto, tiene una aparición nuestro compatriota Sergi López, no muy extensa, pero significativa y meritoria.
La película se mueve a partir de los instintos, la racionalidad no del todo bien llevada, los sentimientos, a veces reprimidos por un exceso de orgullo, Todo ello conduce a pensar en superar el miedo a ser generosos y al beneficio espiritual que nos proporciona la expansión de entrega a los demás de nuestras habilidades y conocimientos y, cuando corresponda, comportarnos como seres maduros y no reprimir los sentimientos hasta el punto de convertirnos en seres distópicos.
Pepe Méndez