Sunset Song
Título original: Sunset Song
Año: 2015
Duración: 135 min.
País: Reino Unido
Director: Terence Davies
Guión
Terence Davies (Novela: Lewis Grassic Gibbon)
Música: Gast Waltzing
Fotografía: Michael McDonough
Reparto
Peter Mullan, Agyness Deyn, Kevin Guthrie
Productora
Sunset Song Ltd
Sinopsis
Un relato épico e intimista sobre la esperanza, la tragedia y el amor al inicio de la Gran Guerra, adaptado de la novela del autor escocés Lewis Grassic Gibbon.
Premios
2015: Festival de San Sebastián: Sección oficial largometrajes
Crítica:
El estilizado concepto que Terence Davies tiene de la puesta en escena en la creación de una película lo ha volcado en Sunset Song con meticulosidad y esmero dando como resultado un reconocimiento por parte de la mayoría de la crítica, aunque menos entusiasta por parte del público, pero la integridad del director en llevar a cabo sus obras como él las concibe ha quedado intacta, aun a pesar de tener problemas con los productores e inversores en cada uno de los proyectos emprendidos por él, y supongo que así seguirá siendo en lo sucesivo. De ahí que la adaptación de esta novela de Lewis Grassic Gibbon (escrita en el primer tercio del siglo XX) quedara paralizada unos años, hasta que en un segundo intento, y tras muchas dificultades, consiguió la financiación para realizarla.
La historia nos cuenta el duro sistema de vida rural que imperaba en toda Europa en los años previos a la Primera Gran Guerra -1914-17- la rigidez de la moral en el entorno familiar, la educación y la tutela por el buen comportamiento de los menores ante sus progenitores, so pena de severos castigos. Pero también habla de la fortaleza y tenacidad de una joven mujer que, ante los múltiples golpes de mala suerte intenta superar todo tipo de adversidades y salir a flote en su lucha con dignidad y valentía.
Como hemos dicho al principio, la puesta en escena es preciosa, con imágenes que recrean el entorno de la época magistralmente, con una fotografía realista pero llena de embelesada devoción pictórica, una música acorde con la atmósfera que trasmite, unas interpretaciones aceptables, pero sobre todo una resplandeciente belleza de actriz que pese a su corta experiencia interpreta con un sobresaliente su papel.
A pesar de esas destacables virtudes al espectador le cuesta meterse en la piel de los personajes, sentir sus latidos, sus armonías espirituales, sus emociones y sus infortunios, quizá porque en su virtud está también su pecado, y esos planos estáticos, largos, esos duros diálogos dentro de una relación en la que impera la sensación de castigo por rutina, dentro de unas secuencias sostenidas temporalmente con demasiado recreamiento, hace que nos distanciemos de la emotividad que deberían despertar los personajes de una historia que es especialmente personal, pero que describe también minuciosamente un momento histórico-social tan importante como para meternos dentro y sentirla, y creo que eso no lo logra.
Pepe Méndez