Año:2019
Duración: 119 min.
País: Reino Unido
Dirección: Sam Mendes/ Guion: Sam Mendes, Krysty Wilson-Cairns
Música: Thomas Newman
Fotografía: Roger Deakins
Reparto
George MacKay, Dean-Charles Chapman, Mark Strong, Richard Madden, Benedict Cumberbatch, Colin Firth, Andrew Scott, Daniel Mays, Adrian Scarborough, Jamie Parker,
Sinopsis
En lo más crudo de la Primera Guerra Mundial, dos jóvenes soldados británicos, Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman) reciben una misión aparentemente imposible. En una carrera contrarreloj, deberán atravesar el territorio enemigo para entregar un mensaje que evitará un mortífero ataque contra cientos de soldados, entre ellos el propio hermano de Blake.
Crítica:
El vibrante itinerario por el que nos hace viajar esta película la convierte en una de las historias cinematográfica más antibélicas rodadas en la última década. Un viaje tan emocionante y terrorífico como humano y lleno de reflexión que, bien nos habría de servir para tomar postura activa en ayuda de todos aquellos que en estos momentos, de una manera u otra huyen de los conflictos armados de sus países de origen y buscan refugio en cualquier lugar que les ofrezca paz y estabilidad a sus vidas.
El británico Sam Mendes ha conseguido realizar una película espectacular sobre la Gran Guerra y, al mismo tiempo, una reflexión intimista sobre el cumplimiento del deber y la conciencia pura de un muchacho de 20 años, que sabe que, del éxito de su misión, altamente arriesgada, pende la vida de miles de compañeros que se baten en primera línea de las trincheras.
Según declaraciones del propio director, la historia surge de unas pocas anécdotas que su abuelo le contó haber vivido en su paso por la Primera Guerra Mundial. Asi que, lo que nos muestra como epopeya vivida por esos jóvenes soldados, encarnados por George MacKay y Dean-Charles Chapman, está inspirada a partir de hechos reales sufridos por su antepasado, pero que Mendes ha hecho suyos como si él mismo hubiera estado allí, y a su vez, se lo hace vivir a cada espectador, utilizando para ello un discurso narrativo incisivo de plano-secuencia cercano, muy psicológico, a través del que nos hace llegar todo el proceso de emociones que vivirá el joven cabo Schofield para intentar cubrir esa misión que el alto mando le ha encomendado, con la angustia permanente de si al fin podrá culminar el encargo o no.
Ese valor narrativo elegido por Mendes es de gran importancia para transmitirnos esas emociones sin pausa vividas anímicamente por los personajes, dentro de un contexto en el que revolotea el peligro sobre sus cabezas, como si fuesen personajes que se mueven dentro de un videojuego, pero con el peligro real de caer en las trampas que el enemigo ha tejido en cada paso para eliminarte sin piedad, en el menor descuido.
Impresionante la puesta en escena para conseguir ese mágico e interminable clímax a través de un plano inacabable -que dura toda la película- en que nos absorbe emocionalmente como si espectador y acción formaran parte del mismo juego dramático, disputado en el interior de la cámara. El virtuosismo narrativo forma parte aquí, del mismo juego dramático con un efecto pocas veces antes logrado en una película.
1917 se convierte en un film eléctrico, emocionante, pero además un referente de estudio en las escuelas para todos los futuros cineastas.
Pepe Méndez