Con “Zootrópolis” Disney intenta acercarse al exitoso modelo creado por Pixar. Animación con guiños adultos.
El film es divertido y se atreve a denunciar varias cuestiones, entre ellas la lentitud de la administración y el acomodaticio modelo de los funcionarios. Tiene momentos muy divertidos pero quizá se acaba haciendo algo largo, quizá le sobran diez o quince minutos.
La protagonista es una joven coneja Judy Hopps que anhela ser policía y para eso deja su hogar en el campo y viaja a la ciudad. La moderna metrópoli mamífera de Zootrópolis es una ciudad absolutamente única. Está compuesta de barrios con diferentes hábitats como la lujosa Sahara Square y la gélida Tundratown. Es un crisol donde los animales de cada entorno conviven, un lugar donde no importa lo que seas. De hecho puedes ser cualquier cosa, desde un elefante enorme hasta la musaraña más diminuta. Pero cuando llega la optimista agente Judy Hopps, descubre que ser la primera conejita de un cuerpo policial compuesto de animales duros y enormes no es nada fácil. Pero está decidida a demostrar su valía y se mete de cabeza en un caso, a pesar de que eso significa trabajar con Nick Wilde, un zorro parlanchín y estafador, para resolver el misterio.
El film tiene alguna sub trama que no acaba de funcionar y presenta una investigación a la que le falta chispa pero al mismo tiempo es un divertimento efectivo, cumple bien su misión primordial que es entretener.
Sigue el clásico esquema de las buddy movies, los dos protagonistas están condenados a entenderse y a trabajar en equipo.
“Zootrópolis” nos presenta a un variado grupo de animales con características muy humanas. Reflexiona sobre el mundo actual con bastante acierto, es una propuesta atrevida, aunque no llega al nivel magistral, de por ejemplo, “Del revés”.
José López Pérez
@JLPnosolocine
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