Año: 2018
Duración: 127 min.
País: Reino Unido
Dirección: Ralph Fiennes
Guion: David Hare (Libro: Julie Kavanagh)
Música:Ilan Eshkeri
Fotografía: Mike Eley
Reparto
Oleg Ivenko, Ralph Fiennes, Louis Hofmann, Adèle Exarchopoulos, Sergei Polunin,Olivier Rabourdin, Raphaël Personnaz, Chulpan Khamatova, Zach Avery,Mar Sodupe, Calypso Valois, Aleksey Morozov, Nebojsa Dugalic, Igor Filipovic,Yves Heck, Jovo Maksic, Anastasiya Meskova
Sinopsis
Rusia, 1961. Rudolf Nureyev, el bailarín de ballet más grande de todos los tiempos, viaja por primera vez fuera de la Unión Soviética como miembro de la prestigiosa Kirov Ballet Company. Aunque el KGB sigue de cerca sus pasos y a pesar del gran peligro que conllevaba entonces la deserción, Nureyev huirá tomando una decisión que podría cambiar el curso de su vida para siempre.
Breve crítica:
Una narrativa pausada, algo estática, cuidadoso look cromático en la fotografía, que recrea los ambientes de la época aceptablemente en un montaje de pequeños flash backs, que abarcan los difíciles momentos de la Rusia del 1938, año del nacimiento del que habría de ser posteriormente un icono de la danza internacional, hasta el conflictivo año 1961, en su primera gira en Francia, ese es el lenguaje fílmico que utiliza el dierctor para contarnos esa delicada, pero apasionante historia del artista y su tiempo. Todo muy correcto, dentro de los cánones narrativos a que nos tiene acostumbrados el cine británico, supongo que tratando de ser reflexivo y elegante.
Pero este tema apasionante que aborda Ralph Fiennes se le puede sacar mucho más brillo del que consigue con esta película, que es lenta, muy fría, para tratar un tan caliente y pasional como es la danza. La danza que paseó Nureyev por los escenarios, convirtiéndolo en le mejor bailarín del mundo, en su época. Le falta chispa, tensión, ardor, nervio, algo mas de vida y, para mi, prolongar algo mas los bailes del que fue nº 1 pero que aquí apenas se representan.
Por otra parte, las caracterizaciones casi todas están bien, sobre todo, Oleg Ivenko. Quizá, el menos creible sea el propio Ralph Fiennes en su papel de profesor de danza al que no lo vi creíble en su personaje en ningún momento.
El montaje; algo complejo. La última secuencia, clave de la historia, creo que está poco aprovechada.
Pepe Méndez