Invisibles
Año:2020
Duración: 83 min.
País: España
Dirección: Gracia Querejeta
Guion: Santos Mercero, Gracia Querejeta
Música: Federico Jusid
Fotografía: Juan Carlos Gómez
Reparto
Emma Suárez, Adriana Ozores, Nathalie Poza, Blanca Portillo, Fernando Cayo, Pedro Casablanc, Francisca Horcajo
Sinopsis
La historia refleja la vida de Julia, Elsa y Amelia, tres amigas que un día decidieron comenzar a caminar juntas una vez por semana. Esos paseos les sirven también para estar informadas de lo que a cada una de ellas les ocurre. Poco a poco irán descubriendo que la amistad no es siempre idílica, que en la amistad también se guardan secretos y se recurre a la mentira.
Crítica:
En esta película son las actrices, con su solvencia y categoría, las que salvan de la quema a unos personajes que les falta chicha, músculo y densidad. A pesar de que pretenden atraernos con sus diálogos y, a través de ellos descubrirnos sus entresijos mas profundos, sus vísceras (ya que sus epidermis fluye visualmente) y la verdad de cada una de ellas, les falta drama en sus contradicciones, también naturalidad y gracia al abordar los sus reprimidos sentimientos y la ternura que se supone que deberían esperar de una amiga.
Les falta explosividad, sentido del humor y, esperamos generosidad en algún momento de la historia, que nunca llega. Son tres mujeres maduras que ascienden a la fantasía a través de la verborrea, dialéctica enjuta y seca, en la que expresan un estado de ánimo permanente de desolación y enfado. Al guion le faltan mil giros y un diálogo mas ocurrente para congraciarnos con unos personajes en los que las actrices se vuelcan admirablemente intentando extraer todo el jugo que esconden esas tres mujeres que, después de media vida de esperanzas parece que han entrado en el mundo de la mezquindad sin posibilidad de salida.
Una relación que debería convertirse en un gozo, un aprendizaje o, al menos una terapia mutua y la puerta de la comprensión a la paz interior es en realidad, una mentira, un reproche y, un disgusto permanente.
La escenografía de exteriores, a cielo abierto, nos sitúa al principio en un espacio natural pero poco bucólico y demasiado plano y reiterativo para despertarnos, al menos, el atractivo estético para que nos sintamos, al menos, partícipes coloristas de su desazón por la vida, en los pensamientos de esas tristes mujeres.
Asi que, la película se convierte en un triste poema escrito con prosaicos versos.
Pepe Méndez