Sylvie Imbert subió al escenario al son de un cariñoso aplauso asegurando que si por algo le alegra este premio es por ser «un reconocimiento al gremio. Este festival reconoce a los gremios del cine, Málaga es el único certamen que reconoce estas profesiones a nivel nacional». Y «como los discursos son aburridos», propuso un plan al público: «Vamos a cantar. Un, dos, tres… Sombra aquí y sombra allá, maquíllate, maquíllate. Un espejo de cristal, y mírate y mírate…», fueron las breves palabras de agradecimiento de esta profesional que se mostró muy grata de recibir este galardón que lleva el nombre de Ricardo Franco, «por todo lo que significa».

 

María Barranco presentó una gala en la que no pararon de sucederse los elogios para la maquilladora. La maestra de ceremonias broméo diciendo que la ganadora de dos premios Goya «lo hizo tan bien en Blancanieves, les dio tanta luz a los personajes, que los actores no tuvieron ni que hablar». Su segunda estatuilla la ganó por Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet, directora que quiso mandarle un mensaje en vídeo –»Nada más me gustaría que estar en Málaga acompañando a esta mujer excepcional, que se merece este homenaje y muchos más»–.

 

El productor Enrique López Lavigne declaró que «Sylvie supuestamente maquilla actores, pero si el cine es vida, lo que hace Sylvie es maquillar la vida y hacerla mucho más bonita». Luisa Gavasa dijo de ella que es el ser más generoso que conoce, «siempre tiene la casa abierta a sus amigos, se hace de cargo de todo desde el amor, porque es uno de los seres mejores que yo conozco, además de ser una grandísima maquilladora». Paula Ortiz, con la que compartió el rodaje en el que también coincidió con Gavasa (De tu ventana a la mía), la definió como «una guerrera de la belleza. El cine le debe todo a la construcción de la belleza, y Sylvie para esto es una de las mejores. ¡Por las películas que nos quedan!».

 

Javier Calvo y Javier Ambrossi, que estrenarán en unos meses uno de los últimos trabajos de Imbert, La llamada, se dieron cuenta que es maravilloso trabajar con una persona como ella «porque tiene respeto, felicidad, ilusión y ganas como lo tiene cualquier cineasta el primer día de rodaje. Sentimos que, a pesar de la carrera que ella tiene, estábamos haciendo juntos nuestra primera película». También quisieron acompañarla dos intérpretes de este filme: Macarena García apuntó que Imbert «es especial por haberme acompañado en dos películas que han marcado mi vida. La figura de la maquilladora es esencial, porque te acompaña. Ella me ha tranquilizado cuando lo he necesitado, pero también me ha hecho reír y bailar cuando ha tocado». Belén Cuesta, por su parte, quiso destacar que le está eternamente agradecida por «hacer magia» con su trabajo.

 

Pablo Berger, que ha trabajado junto a ella en Blancanieves y Abracadabra, afirmó que «para ella la palabra imposible no existe, y no porque sea una inconsciente sino porque es de esas chicas que cuando tiene un examen se lo prepara a conciencia. Cuando le llega un guión, ve películas, busca referentes, te llama mil veces, te vuelve loco, pero te encanta que lo haga, porque signfica que hará una gran película».

 

Imbert, que adora Málaga y ha trabajado durante años en el Festival maquillando a las estrellas, cuando recibió la llamada de Juan Antonio Vigar para informarle de la concesión del premio sintió una ilusión tremenda por creer que le volvían a llamar para maquillar a las actrices. Y es que, al fin y al cabo, ella es una apasionado del arte que se lo ha dado todo. 

 

©Pipo Fernández


©Ana Belén Fernández



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