MAño: 2018

Duración: 107 min.

País: Francia

Dirección y guion: Mia Hansen-Løve

Fotografía: Hélène Louvart

Reparto

Roman KolinkaSuzan AnbehJudith ChemlaAlex DescasPathy Aiyar,Aarshi BanerjeePascal HintablianJohanna ter SteegeFrançois Loriquet,Sandrine DumasNicolas SaadaViolaine Gillibert

Sinopsis

Diciembre de 2012. Tras cuatro meses de cautiverio en Siria, dos periodistas franceses son liberados. Gabriel, el más joven, tiene algo más de 30 años. Después de pasar chequeos médicos y contestar a muchas preguntas, puede estar con su familia y su novia. Transcurren unas semanas, e incapaz de encontrar un rumbo a su vida, decide ir a Goa, donde creció. Allí conocerá a Maya. 

Crítica:

Hay que empezar a aclarar que la historia que se cuenta en esta “Maya” nada tiene que ver con la “Maya” rodada por Raimond Bernard en 1949. Una vez despejada cualquier duda sobre la inexistencia y similitud de sus planteamientos argumentales de ambos films, explicar que Hansen-love nos presenta una película con una temática que arranca con el trauma interior de un personaje (un reportero de guerra) creado a través de las vivencias de un secuestro en primera persona.

La directora nos cuenta la historia desde un punto de vista muy occidental, se entretiene, no se recrea, en los agasajos y atenciones, una vez liberados, a que se ven sometidos, por parte de los políticos, la familia y, la sociedad entera. Y lo narra no con angustia, sino mas bien serenamente, haciendo un seguimiento de los personajes atrapados en esos boatos y que le lleva a una desorientación e inadaptación de su medio ambiente natural.

La sensibilidad de la directora para seguir a los personajes y manifestar sus dudas e incomodidades en las situaciones sentimentales habituales es manifiesta. La elección de unos actores comedidos, pero intensos en la interpretación de sus personajes, creemos que es acertada. Los escenarios están bien elegidos.  La fotografía es preciosa, pero comedida y funcional, así que no chirria por su espectacularidad, pues esta está en el propio paisaje natural de la escenografía. La bella serenidad de sus interpretes y la natural relación humana entre Maya y Gabriel es envidiable, así como la comprensión para aceptar y respetar en cada momento, aunque sea con dolor, los deseos del “otro” dá al fondo de esos personajes un carácter admirable.

A pesar de todo eso, la película se mira siempre con demasiada distancia entre ella y el espectador, porque le falta resolución y algo de pasión al personaje principal en los momentos mas emotivos y sobre todo, en su relación con Maya. Es una película que está más contada, toda ella, desde la racionalidad, y que  dedica mas tiempo a contar las dudas interiores, que sus certezas y descubrimiento de sus seguridades. Así que se queda más en el mensaje agadable de un híbrido ambivalente que en las virtudes de los personajes y la coherencia de la historia.

Pepe Méndez