(Estrenada en Netflix)
Año: 2021
Duración: 111 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Amy Poehler
Guion: Tamara Chestna, Dylan Meyer (Novela: Jennifer Mathieu)
Música: Mac McCaughan
Fotografía: Tom Magill
Reparto
Hadley Robinson, Lauren Tsai, Patrick Schwarzenegger, Nico Hiraga, Sydney Park, Josephine Langford, Clark Gregg, J.J. Totah, Alycia Pascual-Pena, Anjelika Washington, Sabrina Haskett, Ike Barinholtz, Amy Poehler.
Sinopsis
Harta del ambiente sexista y tóxico de su instituto, una tímida joven de 16 años encuentra la inspiración en el pasado rebelde de su madre y publica de forma anónima una revista que provoca una enfurecida revolución por toda la escuela.
Crítica
Moxie es una comedia con toques dramáticos, a ratos agradable, juvenil, bien contada, en donde la toma de conciencia femenina se hace patente y en este caso, centro, desde la adolescencia, situando la acción en la presunta marginalidad femenina desarrollada en un instituto como una corriente natural que hay que aceptar sin réplica. La acción sirve como representación del actual momento que se está viviendo, y el empoderamiento que está tomando la mujer en todas las parcelas de la sociedad.
La actriz y realizadora Amy Poehler, se basa en la exitosa novela de Jennifer Meyer, para presentarnos una película agradable de ver, con un discurso fácil y efectivo para los no demasiado exigentes, lleno de pequeños y familiares recursos dramáticos, repartidos entre: las eternas desavenencias generacionales padres e hijos y; los tensos problemas entre compañeras y compañeros del instituto, muy propias de jovencitas y jovencitos de 16 años que, a través de sus actos están forjándose la impronta en su personalidad, que seguramente les acompañará el resto de sus vidas.
Para intensificar el interés del drama, Poehler lo salpicará con algunos serios malentendidos y ofensas personales entre alumnas y algúnos compañeros de clase que van de líderes supremacistas -macho alfa- instalados con sus compañeros en la ofensa como ejercicio hacia las chicas que no se avienen a su rollo, forzando, de esta manera, a que intervengan profesores e incluyendo directora del centro, empeñada esta en quitarle hierro a los problemas y reírle las gracias al chico guapo de pudiente familia -tengan o no una excesiva carga de ofensa machista y ninguna gracia sus comportamiento-.
Todos esos ingredientes, controlados mesuradamente como discurso cinematográfico eficaz -aunque sin el ardor explosivo que podría hacer eclosionar la historia con algo de mas potencia- hacen que crezca la tensión dramática sin necesidad de llevarlos a extremos exacerbados ni demasiado sorprendentes; basta, únicamente, con seguir la conducta de unos personajes que están descubriendo el mundo y que, en fases de su crecimiento pierden el camino de vista y se les escapa el control de donde pretenden llegar para cambiar el estatus de las cosas que no les agrada.
Son personajes bien diseñados y, certeramente elegidos para desarrollar su papel, y lo hacen con naturalidad, de tal forma que les entendemos, nos solidarizamos con su causa a medida que avanza la trama y, debido a la integridad que muestran en su justa lucha por desenmascarar la falsedad, el engreimiento y la soberbia llena de impunidad, terminamos por cogerles cariño, quizá sea, por identificarlos con nuestros ideales cuando teníamos su edad, o quizá porque esa reconfortante historia contada sin pretensiones efectistas ni falsos artilugios, tiene un final convincente y deja cada cual en su lugar.
Pepe Méndez