'Mustang', y las niñas valientes

Aunque finalmente no se alzó con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, lo cierto es que la carrera de ‘Mustang’, de la turca Deniz Gamze Ergüven, co-producida entre Turquía, Francia y Alemania, ha sido fulgurante y más que merecida. Tras su estreno en la Quincena de los Realizadores del pasado Cannes, ya se sabía que iba a llegar lejos y a ser una de las óperas primas del año. Mustang

Especialísima, comprometida y hasta con un sentido del humor muy especial, teniendo en cuenta lo terrible de su historia, ‘Mustang’ es una película valiente y necesaria sobre el papel de la mujer en la sociedad turca y un canto esperanzador al cambio en las nuevas generaciones de mujeres del país que empiezan a rebelarse y conocer cuales son sus verdaderos derechos.

La edad de la inocencia

Es el último día de curso antes del verano, y al acabar las clases, Laley y sus cuatro hermanas son felices. De vuelta a casa, se entretetienen jugando en la playa con un grupo de chicos de su escuela: juegan con la arena, se bañan y suben al caballito de los chicos. Una estampa de lo más normal entre preadolescentes y adolescentes. Pero Laley y sus hermanas tienen la desgracia de vivir en una localidad del norte de Turquía, regida por las absurdas normas de moralidad de un estricto patriarcado.

Pero esos juegos inocentes al borde del mar, no lo son tanto para los adultos y causan un escándalo en la localidad que llena de vergüenza al nombre familiar. Forzadas a vivir con sus tios tras la muerte de sus padres, Laley y sus hermanas, pasarán de comenzar el feliz verano a vivir un infierno: sus tios les prohibirán salir de la casa sin su consentimiento y las prepararán una a una a convertirse en buenas esposas.

Pronto, aprender las tareas del hugar sustituirá a la escuela, y la inmoral feminidad de las mayores, hará que sus tios decidan comenzar a casarlas una a una. Pero las chicas, que comparten un amor sin límites por la libertad, están hechas de otra masa, y juntas, lucharán por salir de esa prisión patriarcal que acorta sus vidas y las convierte en meras máquinas del hogar.

Leo en la revista Fotogramas lo siguiente sobre la película:

No hay obscnidad alguna en estas niñas que se convierten en mujeres. Sólo son obscenos los ojos de los hombres que las miran.

Y es que esto, es el resumen de ‘Mustang’. Una afirmación escalofriante por estar, lamentablemente, todavía de rabiosa actualidad en países como Turquía. Un país de extremos y contradicciones, pero que en el, tiene muy claro cual es la posición de la mujer en su sociedad y sus limitaciones. Por ello es de admirar la labor de Deniz Gamze Ergüven, mujer y turca, pero que tuvo la suerte de formarse cinematográficamente en la prestigiosa escuela parisina La Fémis.

Respaldada, además, por la Cinéfondation del Festival de Cannes, Deniz Gamze Ergüven, desde su prestigiosa posición de mujer con estudios que ha tenido la oportunidad de analizar su país desde fuera, se atreve a retratar y denunciar su crudeza con valentía, siendo consciente de las consecuencias que ello puede traer a su relación con su país natal.

Por ello, compararla con ‘Las vírgenes suicidas’ (‘The Virgin Suicides’, Sofia Coppola, 1999), como han hecho irremediablemente alguna prensa especializada, puede resultar tremendamente frívolo e inapropiado, si tenemos en cuenta los dos marcos y contextos en que se mueven ambas películas, siendo el caso de la cinta de Coppola, un caso mucho más aislado en una sociedad como la norteamericana.

Y al contrario de lo que pueda parecer normal a la hora de contar una historia de estas características, y aquí, si podemos encontrar similitud con la película de Sofia Coppola, es su puesta en escena y la belleza de sus imágenes. Una decisión que bien podría haber apostado por el realismo más crudo, pero que opta por el bucolismo del verano y se apoya en la belleza absoluta de sus cinco protagonistas.

La fábula de las niñas valientes

Una puesta en escena de belleza triste y melancólica, pero que nunca pierde de vista las ansias de libertad y justicia a las que se aferran sus protagonistas, que creen -mejor dicho, saben- que existen mundos en los que jugar con niños en la playa, tomar el sol en bañador, tener deseos sexuales o ser forofas de fútbol no es inmoral y poco decoroso y mucho menos, donde ser mujer no se relaciona indecentemente con el sexo pecaminoso.

Es, por lo tanto, esta propuesta visual, de imágenes evocadoras y exquisitas, luminosa y esperanzadora y que entendemos y valoramos a través de los ojos de la más pequeña y rebelde de las hermanas, lo que resalta la pérdida de la inocencia de estas chicas que, de un plumazo, descubrirán y aprenderán -resignándose o no- lo injusto de los valores machistas y conservadores del lugar en el que les ha tocado nacer y vivir.

Con una perfecta selección de actrices jovencísimas y debutantes -Günes Sensoy, Ilayda Akdogan, Elit Iscan, Doga Zeynep Doguslu y Tugba Sunguroglu-, cuyos padres tuvieron que ser advertidos de que sus hijas saldrían en bañador o ropa interior en la cinta-, y su planteamiento visual y bucólico de un mundo terriblemente injusto, Deniz Gamze Ergüven, convierte ‘Mustang’ en la perfecta fábula.

Una fábula necesaria que reivindica la posición de la mujer en la sociedad turca y países similares, además de ser todo un canto esperanzador a la libertad y a esa generación de niñas valientes, bellas y únicas que empiezan a darse cuenta de que lo que viven no está bien y va en contra de la vida y los derechos humanos. ‘Mustang’ es, sin duda, una pequeña gran joya de nuestro tiempo. A tus pies, Deniz Gamze Ergüven.