No quiero perderte nunca

Año: 2017
78 min
Dirección: Alejo Levis
Guion: Alejo Levis
Fotografía: Gina Ferrer
Reparto
María Ribera, Carla Torres, Aida Oset, Montse Ribas
Productora: Life and Pictures

Sinopsis
Malena y Paula se acaban de trasladar a la casa de campo en la que vivían los padres de Paula. Una mañana recibe la noticia de que su madre se ha escapado del geriátrico donde estaba. Malena se va a trabajar y Paula se queda sola, hasta que recibe una visita inesperada. Su madre ha entrado en la casa pero ella no la encuentra, en una casa habitada de recuerdos cada vez más borrosos e imprecisos. Paula se perderá buscando a su madre, y tendrá que ser Malena la que la ayude a salvarse, como si fuera una medium intentando expulsar sus fantasmas interiores.

Crítica:
La pérdida de un ser querido siempre trae consecuencias anímicas y dolor, pero cuando esa pérdida es a destiempo, prematura e inesperada, puede causar una mas profunda afección y un rechazo a admitirlo que puede provocar bloqueos mentales y lagunas en la memoria para mitigar los desgarros del alma. Los controles de la psique de los seres humanos están compuestos, hasta cierto punto, por mecanismos misteriosos que la naturaleza nos dota para la supervivencia de una especial resistencia a los avatares extremos, con el propósito, se supone, de infligirnos el mínimo dolor posible.
Dentro de esas misteriosas fuerzas se mueve Malena cuando se muda a la casa donde vivieron sus padres hasta que su madre es internada en un geriátrico.
La película explora esas impresiones tan internas y psicológicas de dramas personales y afecciones sugestivas, con una intensidad de cadencioso misterio, algo de suspense, e imágenes subyugantes bastante poderosas, que te sumergen con fuerza dentro del clima en el que vive Malena, uno de los personajes principales.
El film de Alejo Levis es una descarga de emociones, que crean una desorientación en los tiempos y lugares en los que se mueve ese personaje, hilo conductor del puzle espacial -ficción/realidad- en el que entran los personajes intentando buscar lógica a situaciones que no acaban de entender.
Película intimista, bien construida, con una atmósfera cercana a la fantasmagoría, por momentos algo penumbrosa pero en los que predomina una puesta en escena ajustada a tema y plásticamente de una estética sobresaliente que ayudan a mantener vivo el interés, entre la inquietud anímica y el suspense.
“No quiero perderte nunca” es la segunda película de este joven, pero ya experimentado director y guionista de cortos, publicidad, realizador de algunos capítulos de series para televisión y director de teatro. Un cineasta catalán a tener en cuenta, por lo personal y el carácter que despunta su obra, aunque su primera película “Todo parecía perfecto” pasara un tanto desapercibida a causa de la falta de soporte promocional, pero en ella ya hay destellos interesantes y toques personales a tener en cuenta.
Las actrices María Ribera y Carla Torres están impecables en sus emotivos interpretaciones, en parte, según opinión del director, por su implicación en el tema y por su relación con él en trabajos anteriores.

Pepe Méndez