Regreso a Hope Gap
Título original: Hope Gap
Año: 2019
Duración: 100 min.
País: Reino Unido
Dirección y guion: William Nicholson
Reparto
Annette Bening, Bill Nighy, Aiysha Hart, Josh O’Connor, Nicholas Burns, Rose Keegan, Sally Rogers, Steven Pacey
Productora
Sinopsis
Edward toma la decisión de dejar a su mujer Grace tras 29 años de matrimonio. A partir de este momento, cada uno de ellos, a su manera, buscará la forma de rehacer su vida en un pequeño pueblo costero cerca de los acantilados de Hope Gap.
Crítica:
Drama intimista sobre una dolorosa ruptura, contado con respeto, inteligencia y elegante contención de emociones, que con habilidad de una gran actuación es capaz de mostrar la rabiosa tormenta interior, aunque con la flema que una persona inteligente sea capaz de dominar. El volcán explosivo que puede resultar en cualquier ruptura de treinta años de una relación matrimonial consolidada y aparentemente estable, aunque, con sus déficits temporales de comunicación poco fluida y repliegue absentista personal con la pareja que se convive. Ella asume que esa monotonía es lógica consecuencia del tiempo y las horas de convivencia juntos, pero no se resigna a ese estado de pasividad de su marido intentando provocar reacciones de este a través del análisis de su estado amorfo y distante, sin querer ver que su esposo está en otra onda, sentimental e intelectualmente, alejado de la realidad en la que ella vive.
El hogar, el paisaje, los objetos comunes, todo lo vivido se desenfoca y pierde sentido en una lucha por querer retenerlos como eran antes. En ese estado, para mitigar el dolor y suavizar la debacle emocional se recurre a los hijos y a los silencios, intentando reencontrar desde estos, las palabras que expliquen el sentido de los cambios, pero en medio del paisaje, el cielo y el mar, la tierra y algunas amistades superficiales, solo quedan los resquicios de la soledad para afrontar el presente, porque el futuro se ha disipado para siempre. Desde esa perspectiva de perdedor ¿Cómo se afronta la realidad?
William Nicholson narra esta historia desde la experiencia, con la honestidad del que la ha vivido a través de la ruptura de sus padres, y hace un retrato elegante y nada maniqueísta de ese proceso, poniendo el acento adecuado en cada una de las escenas, con reposada reflexión en los apegos que se crean entre las parejas y también en los desencuentros, para ello, se vale de dos actores magníficos que todo lo que trasmiten es verdad, tanto en los diálogos como en los silencios rotos, o, en la explosividad incontenida.
Si Bill Nighy tiene una actuación magnífica, Annette Bening está de excelencia en la réplica y, es un verdadero goce verla, con su porte discreto, elegante y señorial, frente a un paisaje de vértigo, que tan bien han sabido escoger para acentuar la emocionalidad de la soledad y el miedo. Respetuosa obra para saborearla con atención.
P. M.
