Blue Rai
Título original: Blue Rai
Año: 2017
Duración: 69 min.
País: España
Dirección: Pedro B. Abreu
Guion: Carlos Franco, Pedro B. Abreu
Música: Joan Vilà
Fotografía: Maite Astiz
Reparto
Santi Bayón, Cristian Valencia, Vicky Luengo, Mireia Guilella, Biel Montoro,Josep Seguí, Betsy Túrnez, Pep Ambròs, Fina Dómenech, Ignasi Guasch,Ferran Lahoz, Julia Lara, Lluís Marquès
Productora: ESCAC Films
Género
Acción. Comedia. Drama | Secuestros / Desapariciones
Sinopsis
Se cumplen seis horas de la noticia que tiene conmocionado al país. Ocho rehenes, miles de seguidores en las redes sociales y una única petición: sólo quiere volver a ver a su chica.
Crítica:
Blue Rai es una comedia hasta cierto punto un poco loca, claramente dirigida a gente joven, en la que, ya sabemos, muchas veces la pasión de adolescente impera sobre la racionalidad, creando así , algunas secuencias que podríamos decir hasta, delirantes, en las que yo he visto algún tipo de homenaje i amor al cine, como, per ejemplo, que la historia se desarrolla en una tienda de VIDEOCLUB, o la clara analogía a Tarde de Perros de Sidney Lumet, que, aparte de que el personaje intenta imitar al de Al Pacino de aquella película, en esta historia se habla de él como comportamiento a imitar. También se desprenden referencies a otras tendencias expresivas, unes se entienden dentro del cine, como son el musical y, otras ajenas a él, como es el “graffity¨.
Pedro B. Abreu como a director, con la colaboración de Carlos Franco de guionista, han creado un producto sincero al que se ve claramente carencias de presupuesto, que han intentado suplir con pasión, aunque eso no siempre sea suficiente para conseguir acertadamente lo que se pretende.
En cuanto a la interpretaciones hay dos estilos claramente diferenciados; el grupo de los actores jóvenes con unas interpretaciones realistas volcadas en el desarrollo de sus papeles, y los que interpretan personajes mayores, más histriónicos rozando el esperpento (sobre todo el policía) logrando con ello crear un personaje totalmente irreal de una comicidad mal sana que se vuelve espectral frente al detenido enamorado que no quiere reconocer su culpa.
Es refrescante y espontanea aunque le falte chispa en el tratamiento y mejor desarrollo para trasmitir algo de sentido universal del tema.
Pepe Méndez