Batman Year One Portada

En su momento, cuando este especial tenía cadencia bi-semanal y no dependía de los progresivos estrenos que nos fueran llegando de las adaptaciones de cómic a la gran pantalla, este redactor decidió que, de todo lo que Warner había producido en dibujos animados trasladando títulos puntales del universo DC, sólo valía la pena rescatar ‘Justice League: The New Frontier’ (id, David Bullock, 2008), la brillante adaptación de la magistral obra con la que Darwyn Cooke rendía homenaje a la edad dorada de los superhéroes.

Dicha decisión dejaba de lado de forma plenamente consciente los muchos títulos que hasta ahora conforman el DC Animated Universe, un proyecto de lanzamientos directos a formato doméstico del que hace unos días nos llegaba el avance de ‘Batman: La broma asesina’ (‘Batman: The Killing Joke’, Sam Liu, 2016), una de las tres mejores historias que se han publicado en papel sobre el hombre murciélago. Ante un trailer que me dijo más bien poco, recordé que, en su momento, tampoco lo había hecho el correspondiente a ‘Batman: Año uno’ (‘Batman: Year One’, Sam Liu y Lauren Montgomery, 2011), una cinta que, ante todo, se alzaba como brillante adaptación del tebeo.

‘Batman: año uno’, el cómic

Batman Year One Portada

Si los años ochenta fueron, a ojos del que esto suscribe, una década fundamental en la historia del cine, ¿qué decir de lo que tuvo lugar en el mundo de los cómics en general y el Universo DC en particular? Sometido a las ‘Crisis en las tierras infinitas’ que remodelaron por completo su estructura, las ondas que la sacudida del evento provocó en el cosmos de la Distinguida Competencia se dejaron notar de forma inmediata tras su finalización en los nuevos lanzamientos de las series de ‘Superman’ o ‘Wonder Woman’.

Pero ya durante los doce meses a lo largo de los que se extendió el mastodontico evento, vio la luz una miniserie de cuatro prestigios que supondría una auténtica revolución del medio por la forma en la que su autor, un Frank Miller que tras la moderada aceptación que había cosechado su extraña ‘Ronin’ y con la firme disposición de desprenderse de la alargada sombra proyectada por ‘Daredevil’, le daba la vuelta a uno de los dos pilares básicos de DC. Hablamos, obviamente, de Batman y ‘El regreso del caballero oscuro’.

Batman Year One Comic 1

La relevancia de lo que Miller conseguiría con esta historia situada en un futuro posible del personaje, con un Bruce Wayne maduro que vuelve a enfundarse el traje del hombre murciélago ante la necesidad de tomar el control de Gotham y un Superman que es títere de los poderes fácticos, es de tal magnitud que colocarla como el mejor y más influyente título que ha protagonizado Batman no es nada descabellado, y ahí está para demostrarlo, por ejemplo, ‘Batman v Superman: el amanecer de la justicia’ (‘Batman v Superman : Dawn of Justice’, Zack Snyder, 2016)

Pero, lejos de haber afirmado todo lo que tenía que afirmar sobre el personaje, el autor neoyorquino aún se guardaba un as en la manga que, al tiempo que lo que haría John Byrne con Superman o George Pérez con Wonder Woman, estaba llamado a narrar los comienzos del caballero oscuro para las nuevas generaciones de lectores. Y así fue como, en los meses de febrero a mayo de 1987 y entre los números 404 y 407 de ‘Batman’, vio la luz ‘Año Uno’.

Batman Year One Comic 2

A los lápices, un David Mazzucchelli que el año anterior había demostrado de lo que era capaz bajo la batuta de Miller en ‘Born Again’, el arco argumental de siete números que, muy a la manera de lo que pasará con ‘Año uno’, sirvió para redefinir a Matt Murdock y su alter ego; y que aquí dará tal do de pecho que habrá que esperar veintitrés años —a su maravillosa ‘Asterios Polyp’— para volverle a ver algo a la altura de las páginas que narran el primer año de vida del protector de «ciudad Gótica».

Un primer año que Miller narra con el mismo tono crudo, descarnado y a ras de asfalto que le habíamos leído en ‘El regreso del caballero oscuro’, y que sirve al autor, más que para analizar a un héroe al que ya diseccionara con elocuencia suma en la citada miniserie, para insuflar nueva e inusitada vida a un Jim Gordon al que nunca, nunca, hemos visto como lo haremos aquí, definido como el impertérrito cruzado sin máscara cargado de una humanidad asombrosa.

En las precisas manos de ambos autores, las poco más de cien páginas de ‘Año uno’ —que han sido reeditadas hasta la saciedad y que este mismo año conocerán el tratamiento Absolute por parte de DC— se transforman en todo un tratado de narrativa secuencial soberbio, magistral e imprescindible, faltaría más, de esos que han sido estudiados hasta su última acotación en las tres décadas que casi han transcurrido desde su aparición.

‘Batman: año uno’, viñetas animadas

Batman Year One 1

Clara maniobra de posible captación de adeptos a la página impresa que vean su curiosidad suscitada por tal o cuál película —vamos, lo que todas las películas de cómics pretenden, al menos en parte— ‘Batman: año uno’, al igual que todo el resto de producciones del DC Animated Universe que trasladan punto por punto las viñetas que le sirven de base, plantea un par de cuestiones previas a la apreciación de su calidad estrictamente cinematográfica.

La primera, justificable, es la necesidad de «copiar» una historia que ya está ahí en papel para el que quiera leerla sin que el trasvase de medio añada, en estos casos, capas de significado que mejoren el original. La segunda, el por qué Warner no se ha planteado desde el comienzo, ya que estamos hablando de «copiar», que las adaptaciones imiten de alguna manera el estilo de dibujo de los tebeos, ofreciendo los equivalentes animados de los trazos de Frank Quitely, Darwyn Cooke, Frank Miller, David Mazzucchelli o, en la próxima ‘Broma asesina’, del gran Brian Bolland.

Dicho esto, y asumiendo un estilo muy influenciado por el anime similar al que se puede observar en las versiones animadas de ‘El regreso del caballero oscuro’ o de ‘All-Star Superman’, lo que ‘Batman: año uno’ demuestra a sus hermanas mayores —las producciones de imagen real, se entiende— es que con una duración tremendamente ajustada de tan sólo 64 minutos, se puede trasladar con precisión suma la esencia misma del cómic del que proviene sin (casi) dejarse nada en el tintero.

Batman Year One 2

Tanto es así, que el mejor comprobante de ello es tener en las manos el volumen que recoge ‘Año uno’ mientras en el televisor se reproduce la película para ir dando cuenta de cómo Tab Murphy, el guionista encargado de la adaptación, no sólo reubica diálogos tal y como aparecen en el cómic, sino que elimina lo justo para que el metraje no exceda esa hora y poco más sobre la que se extiende una acción que, por supuesto, no para ni un sólo segundo.

Valores añadidos a un ritmo que no da descanso al espectador —el fluir de la cinta es tal que, cuando termina, uno no tiene la sensación de que haya transcurrido tiempo alguno—, tanto la enérgica dirección como el trabajo vocal de nombres como Bryan Cranston, Ben McKenzie —el James Gordon de la televisiva y muy prescindible ‘Gotham’ (id, 2015- )—, Eliza Dushku o Jon Polito redondean una cinta que, como digo, imparte categóricas lecciones a todos esos ejemplos de imagen real que se han quedado muy lejos de saber capturar el espíritu del tebeo del que partían.

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La noticia Cómic en cine: ‘Batman: año uno’, de Sam Liu y Lauren Montgomery fue publicada originalmente en Blog de cine por Sergio Benítez .


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