Año: 2021
Duración: 95 min.
País: España
Dirección: Toño López
Guion: Araceli Gonda, Pepe Coira, Jorge Coira, Alfonso Blanco
Música: Santi Jul, Iván Laxe
Fotografía: Jaime Pérez Fernández
Reparto
Xosé A. Touriñán, Miguel de Lira, Federico Pérez, Eva Fernández, Iolanda Muíños, María Vázquez, Mela Casal, Brais Yanek, Patricia Torres
Sinopsis
Eduardo y su cuñado Sabonis acaban de meter la pata en uno de sus negocios y necesitan dinero. Mucho dinero. Será Sabonis quien encuentre la solución al problema secuestrando a Modesto (Federico Pérez Rey), cuñado de Alicia Zamora, la empresaria que los engañó y dejó tirados. Solo hay un pequeño problema: Alicia no piensa pagar ni un euro por su cuñado.
Crítica:
En su debut como director de largometrajes Toño López ha elegido la comedia, un género que elaborarlo requiere un buen guion y maestría en el lenguaje para su desarrollo, bastante sorna, fresco sentido del humor y cierto distanciamiento en tomarse la vida demasiado en serio. En esta película podemos percibir algunos de estos elementos, una comedia que pretende ser divertida y algo cáustica a la vez, pero de principio nos cuesta entrar en la atmósfera porque la relación doméstica, con todo y estar bien interpretada, es demasiado previsible y familiar, aparte de unos diálogos algo sobados que lastran el entrar de lleno en el núcleo central del conflicto, y, se percibe un primer acto falto de convicción para que el espectador entre desinhibido en la trama con ese espíritu de estar viendo una parodia de la vida. Es posible que culpa de ello esté en que los personajes son una mezcla de estereotipos tan diferentes que hacen difícil su conjugación en una historia que parece que no va a ningún sitio.
Pero los guionistas, después de unos veinte minutos algo lineales, aciertan introduciendo al personaje de Modesto (Federico Pérez Rey) que dará forma logística a los disparates que crea Sabonis (Xose A. Touriñan), con sus acciones irreflexivas que pueden llevarles al caos irreparable para sus vidas familiares. Así que, la película remonta a partir de la mitad, introduciendo en ella una serie de giros argumentales que hacen que se convierta en una muy digestiva y, hasta cierto punto aceptable comedia, con la que quizás no te rías a carcajadas pero que al final sí te contagie el buen rollo, debido en parte a unos personajes algo chapuceros, no diría yo que llenos de ingenuidad, pero sí alejados de la gesta del mal intencionado, y que superan dificultades imprevistas.
Comedia algo irregular, localista, que intuyo pretenciosa en su estilo, muy bien resuelta argumentalmente, y que nos deja un aceptable buen humor.
Pepe Méndez