El caso Fischer
Título original: Pawn Sacrifice (El sacrificio del peon)
Año: 2014
Duración: 114 min.
País: Estados Unidos
Director: Edward Zwick
Guión: Steven Knight (Historia: Steven Knight, Stephen J. Rivele, Christopher Wilkinson)
Música: James Newton Howard
Fotografía: Bradford Young
Reparto:
Tobey Maguire, Michael Stuhlbarg, Peter Sarsgaard, Liev Schreiber, Lily Rabe,Conrad Pla, Seamus Davey-Fitzpatrick, Sophie Nélisse, Robin Weigert, Evelyne Brochu, John Maclaren, Andreas Apergis, Ilia Volok, Alexandre Gorchkov, Aiden Lovekamp
Productora
Sinopsis:
«Pawn Sacrifice» narra la historia de la preparación y del legendario enfrentamiento por el campeonato del mundo entre Bobby Fischer, campeón de ajedrez norteamericano, y el campeón soviético Boris Spassky. El duelo, que tuvo lugar en 1972, en plena Guerra Fría, fue mucho más que un conjunto de partidas para conquistar un campeonato; prueba de ello es que captó la atención televisada de todo el mundo.
Comentario crítico:
Quien recuerde aquel complejo duelo ajedrecístico televisado para todo el mundo sabe muy bien que aquel campeonato significaba mucho más que dirimir quien había de ser el campeón mundial de ajedrez, si no que era el choque de fuerzas entre dos maneras contrapuestas de entender la gobernanza política de la sociedad en el mundo, representados por las dos potencias mundiales, Rusia y EEUU, cuyos portavoces legítimos que habían de dar prestigio a esas ideas y salvar la imagen del sistema de sus países eran Bobby Fisher y Boris Spassky.
Hay muchas cosas destacables en esa película, por una parte el tratamiento personal que hace Edward Zwick del campeón Fisher y la soberbia interpretación que desarrolla el actor Tobey Maguire metiéndose en su piel y reviviendo una especie de psicosis y manías, fobias muy propias de algunos divos y genios. Fisher encarna perfectamente la déria que había intentado impregnar la política Norteamericaca, hacía ya años, en la mentalidad de la sociedad civil del País, llevándolo al borde de destruir al propio individuo con tal de conseguir los fines premeditados.
Hay una magistral obcecación por parte del genial personaje que roza la locura, pero que nos envuelve apasionadamente y nos sumerge sin pestañear en esa especie de imprevisible locura de un superdotado que con sus acciones logran inquietar tanto a la atmósfera de la organización como divertir al público.
Una película inteligente, que refleja sociológicamente una época bien reciente, y retrata una sociedad sin piedad, pero al mismo tempo deja un triste halo de su propia inmadurez, a la vez que una descarnada frialdad de lo que puede convertir la soledad, a un –en otro momento- aclamado triunfador, adalid de la inteligencia de todo una generación.
Pepe Méndez