En su doble faceta de promotora y difusora del formato cortometraje, la plataforma mexicana INCORTO (https://incorto.com/) ha encontrado también espacio para la reproducción de contenido audiovisual por streaming. En su home podemos leer una inequívoca declaración de intenciones: “Nuestra misión es aportarle herramientas a los creadores de cine de todo el mundo, para que exhiban y distribuyan su trabajo. INCORTO llega a cientos de espectadores y cinéfilos a través de INCORTO Film Festival y el Canal de Cine INCORTO, el cual dona parte de sus ganancias a los cineastas y realizadores. Nuestra visión está dirigida por completo al cine. Queremos que el cine de autor se posicione con nuevas herramientas, que los cineastas reciban ganancias en respuesta al trabajo realizado y que los cinéfilos tengan un lugar en donde disfruten películas de todo el mundo y que nunca han visto”. Cooperación, compromiso y originalidad son las señas distintivas de un proyecto que marca la línea a seguir frente a una industria del ocio cada vez más homogeneizada. Con Bernardo de la Mora, máximo responsable de la plataforma, mantuvimos una breve entrevista que reproducimos a continuación.
¿Cómo arranca la trayectoria de INCORTO?
INCORTO nace en 2015 con la inquietud de crear un canal de cine en el que todos los realizadores del mundo tengan la oportunidad de ser vistos, sin importar condición socioeconómica, etnia, religión u origen: mientras el material audiovisual valga la pena, INCORTO lo exhibe en el mundo.
¿Qué actividades comprende actualmente INCORTO?
Somos una de las plataformas de streaming más importantes del mundo. Lo digo con esta certeza, puesto que nadie tiene el contenido que nosotros ofrecemos. Miles de cortometrajes, mediometrajes y largometrajes de más de 95 países, es decir, más de 95 idiosincrasias fílmicas en un solo lugar.
¿Qué aporta InCorto a los usuarios del cine clásico e independiente en comparación con las páginas que postean películas de forma gratuita e ilegal?
Bueno, en principio eso, que somos 100% legales y legítimos. Cada contenido que ofrecemos ha sido aprobado por su realizador y propietario de los derechos. Aunado a ello, nuestro mayor diferenciador es que no sólo acercamos a los realizadores con espectadores de todo el mundo, sino que a los cineastas les generamos ganancias económicas. No importa si es una ópera prima o un trabajo de estudio, mientras el material valga la pena, INCORTO lo exhibe.
¿Y qué les diferencia de plataformas masivas como Neflix o HBO?
El contenido de las cuatro grandes, es decir, Netflix, Amazon, HBO y Disney, es contenido comercial: películas muchas ya antes vistas, producciones originales con visión hollywoodense (las cuatro son estadounidenses) e historias que tienden cada vez más a lo ya visto. INCORTO apuesta por lo irreverente, lo único, lo original, lo que pocos han visto aunque todos deberían conocer. INCORTO cree que en cada rincón del mundo las historias se perciben de modo distinto y es por ello que debemos conocerlas desde distintas narrativas, en este caso, narrativas fílmicas. No es lo mismo ver una película de Nepal, realizada por nepalís, que una producción de visión occidental realizada en estudios de Los Ángeles.
¿La actual situación de emergencia sanitaria está favoreciendo el consumo de contenido audiovisual vía streaming?
Sí, el ser humano requiere fugas mentales. Ante la situación sanitaria, así como ante la pandemia universal de estrés, inseguridad y competitividad, las sociedades buscan más y mejores métodos de distracción, de evasión. Creemos que la empatía es la visión más importante y si a través de cine de 95 países logramos que los cuadrantes del mundo empaticen entre sí, ya ganamos.
¿Cree que las plataformas de reproducción en streaming coparán la totalidad del mercado audiovisual a medio-largo plazo?
Sí y no. En efecto es y crecerá como la nueva forma de ver el cine y las producciones audiovisuales, puesto que cada día las pantallas y los equipos de sonido son más grandes y más económicos. Para las clases medias del mundo privilegiado tener una minisala de cine en casa ya es una realidad, que, claro, se irá popularizando más y más. Por otro lado, las salas de cine conservarán siempre la misma magia de la radio, del teatro, de los libros impresos. Las salas comerciales, en un mediano plazo, ya no estarán en cada esquina como cafeterías, sino que se harán lugares exclusivos de goce. La gente seguirá asistiendo al cine, aunque ya no lo verá igual. Será un «regreso al pasado», con espacios que ofrezcan servicios distintivos, como en los viejos tiempos.