Indiana
País: Estados Unidos
Dirección: Toni Comas
Guion: Toni Comas, Charlie Williams
Fotografía: Anna Franquesa Solano
Reparto
Gabe Fazio, Bradford West, Stuart Rudin, Noah McCarty-Slaughter, Sophie Auster,Suzanne DiDonna, Kadah Binkley
Año: 2017
Duración: 75 min.

Sinopsis
El Medio Oeste de Estados Unidos es una tierra supersticiosa en la que muchos de sus habitantes viven creyendo en posesiones, presencias sobrenaturales y casas encantadas. En ese entorno Michael y Josh, conocidos como Spirit Doctors, se encargan de ayudar a personas perturbadas por episodios sobrenaturales en Indiana.

Crítica:
Toni Comas, director catalán afincado en EEUU desde hace unos años, demuestra mucha valentía con sus decisiones; primero, lanzándose a la aventura de introducirse, sin apenas currículum, en un mercado tan competitivo como el americano, y después, atreviéndose a dirigir su ópera prima en un género inclasificable, en donde la crítica, pero también el espectador está tan acostumbrado a situar las historias en terrenos reconocibles de drama, comedia, western, terror, documental, etc. etc.
Indiana comienza en el preámbulo como un documental que por momentos puede recordar algo a Zelig (1983) de Woody Allen, para acto seguido, situarnos en un espacio determinado y unas gentes con unas extrañas inquietudes, y romper esa estructura e introducirnos en la pura ficción argumental, pero con la incertidumbre de no saber donde nos quiere llevar.
Indiana es una película de contrastes y paisajes pero también de la psicología llena de “tics nerviosos y perjuicios de temores esotéricos” que impregna a parte de la población rural de ese contorno. En esos principios de realidad-ficción es donde Toni Comas sitúa la historia, y en cierta manera, la semejanza con la película de Polansky, “El baile de los vampiros” (1967) por lo que ambas tienen por momentos una transposición de juego realidad-ensoñación a través de sumergirnos en la comedia y en el drama indistintamente, con la inevitable sugerencia a la salida de la proyección del ¿me lo creo- no me lo creo? Indiana se acerca mas al drama y aquella a la comedia satírica, casi infantil, pero incluso la narrativa del plano final de ambos spirit doctors reafirma esa semejanza con el film de Polansky, pudiendo llegar a crear alguna duda en el espectador sobre si el director juega o no con la ingenuidad de los personajes, o ha otorgado algún atisbo de duda en ellos sobre los hechos que escapan a la realidad material.
Lo que si queda patente es la buena voluntad y la predisposición bondadosa y altruista de dos personajes muy distintos en su hábitat personal, social y cultural pero que, movidos por una idea, forman un buen tándem.

Pepe Méndez