(Las hijas de la inconsciencia)
Año: 2017
País: México
Director: Michel Franco
Reparto
Emma Suárez, Ana Valeria Becerril, Hernán Mendoza, Joanna Larequi, Enrique Arrizon, Iván Cortés, …
Género: Drama
Sinopsis
Valeria tiene 17 años y está embarazada. Vive en Puerto Vallarta con Clara, su media hermana. Valeria no ha querido que Abril –la madre, que lleva mucho tiempo ausente– se entere del embarazo. Sin embargo Clara, ante la presión económica y las responsabilidades que implica tener un bebé en casa, decide llamarla. Abril llega con disposición de ayudar a sus hijas, pero pronto entenderemos por qué Valeria prefería mantenerla lejos.
Crítica:
Sabemos que la relación de los hijos (hijas) con los padres (madre) no siempre son las mejores. En este caso, la relación de Abril con sus hijas apenas existe, pues viven en diferentes ciudades, por eso cuando Clara llama a su madre notificándole la noticia del embarazo de su hermana y la necesidad de que venga a estar con Valeria, porque cree que esta le necesita, aunque no lo diga, no nos extraña que la relación no sea del todo fluida, aunque Abril (Emma Suarez) parece que se esfuerza en amabilidad y atenciones no demasiado correspondidas por Valeria.
Abril intenta ordenar la situación para cuando nazca el bebé, pues no la ve preparada a su hija para asumir del todo bien la maternidad, demasiado sola, agravada la situación por el hecho de que la familia del padre del bebé también le dan la espalda.
Hasta ese momento la historia fluye dentro de comportamientos que fluctúan entre una relación de amabilidad, el cariño y algunos momentos de tensión que nos crean un cierto desasosiego y una extraña angustia, porque percibimos planear un misterioso peligro sobre la criaturita recién nacida.
Pero eso solo es el pretexto para mostrar la verdadera personalidad de Abril y entrar en el desarrollo de su atípico y asombroso comportamiento. Es difícil acercarse a un personaje que parece no saber (o no querer saber) en que realidad vive, ni tiene conciencia del daño moral que puede hacer con sus actos porque no distingue entre el bien y el mal, y parece insensible al dolor que puede causar en los sentimientos de los demás, sin reparar o no que esas heridas sean a su propia familia.
Michel Franco nos lleva por la senda que camina Abril, de sorpresa en sorpresa, hasta casi la incredulidad, saltándose unas cuantas reglas morales no fácilmente asumibles, dejándonos al final, sin una explicación palpable que pueda justificar su comportamiento que no sea el desarreglo mental. Aunque deja la puerta abierta a otras conjeturas a barajar por el espectador. ¿Es Abril simplemente una inconsciente o es una obsesiva irresponsable? Al ser una mujer entrada en los cuarenta ¿Vive bajo la influencia del pánico a perder su juventud, o es simplemente locura?
Desde luego, el director nos brinda en “Las Hijas de Abril” el estudio de un personaje controvertido, con algunas pinceladas de los personajes de tragedia griega, tan extremos pero tan humanos, encarnado por una magnífica –como siempre- Emma Suarez.
Pepe Méndez