Año2020
Duración :100 min.
País: Francia
Dirección :François Ozon
Reparto
Benjamin Voisin, Félix Lefebvre, Philippine Velge, Melvil Poupaud, Valeria Bruni Tedeschi, Samuel Brafman-Moutier, Isabelle Nanty, Aurore Broutin, Philippine Veerman
Sinopsis
¿Con qué sueñas cuando tienes 16 años y estás en un resort en la costa de Normandía en los años 80? ¿Con tener un mejor amigo? ¿Con hacer un pacto de amistad que dure para siempre? ¿Tener mil aventuras en barco o en moto acuática? ¡No! Sueñas con la muerte. Las vacaciones de verano acaban de comenzar y esta historia cuenta cómo Alexis empieza a crecer.
Crítica:
El prolífico director francés François Ozon ataca de nuevo, y lo hace con nervio y alma. Metódico y desafiante. Narrando una historia sobre la complejidad que es, escrutar los caminos desconocidos en la época adolescente que nos llevarán a descubrir quienes somos o cual puede ser nuestro destino, en el caso de que elijamos un camino u otro. A Alex y David, personajes aparentemente muy diferentes, pero que al final no lo serán tanto, de Verano del 85, el director les hace navegar continuamente con la mayor naturalidad, por aguas encrespadas y caminar senderos pedregosos, y lo hacen con esa naturalidad de ingenuo atrevimiento que acompaña a los seres entre los 16 a los 17 años, con tal de descubrir nuevos mundos llenos de sensitivas experiencias, por atrevidas y arriesgadas consecuencias que comporte introducirse en situaciones incontrolables.
En verano del 85, como en la mayoría de películas, Ozon no teme arriesgarse creando atmósferas luminosas de comedia y, de repente, pasar a atmósferas enrarecidas para sumergirse en el drama, o melodrama, que nos ha de mostrar el mundo interior de unos personajes que, por lo general son complejos. Seres sin acabar de construirse que caminan en busca de su identidad. Lo pudimos ver En la casa (2012), en Joven y bonita (2013) en Una nueva amiga (2014) en El amante doble (2017) y, en Gracias a Dios (2018) quizá la más realista de toda su filmografía, porque parte de un hecho real, donde denuncia el escándalo de violaciones a niños cometidos por servidores de la iglesia sin que esta quiera reconocerlo.
En Verano del 85 se habla de la vida. Las relaciones son proyecto de vida sin aparentes ataduras, la vida en cada paso, la sonrisa, la desinhibición, la alegría, no en balde se trata de personajes que casi todo es proyección de futuro. Futuro en construcción. También se habla de la amistad, y como esta se pueden llegar a complicar cuando se mezclan con relaciones sexuales. Aquí es donde intuimos que el director se encuentra más cómodo, pone toda su artillería dramatúrgica para incendiar el argumento y sacudir al espectador, y también sorprender, (y nos sorprende) introduciendo como elemento principal la obsesión por la muerte que acompañará a Alex de una manera misteriosa desde el principio de la compleja historia, escuchando el espectador el pensamiento del personaje principal que dice “Me gustan los muertos pero me dan miedo los cadáveres”, desde ese momento quedamos envueltos en la intriga aunque a veces nos introduzca en momentos de comedia intimista.
El excelente montaje ayuda a que la narración se encuentre entre el thriller de suspense, el drama y la aventura intimista, géneros que al director le gusta manejar y mezcla con maestría, como en una coctelera, pues como ya ha declarado en alguna ocasión “es un cinéfilo amante de todos los géneros, incluso de películas de serie b”.
Mucha naturalidad y realismo de todos los intérpretes destacando a Felix Lefebvre en el complejo papel de Alex, y a la reconocida Valeria Bruni Tedeschi en el de absorbente madre de David.
Pepe Méndez