Gracias a Dios

Año: 2019

Duración: 137 min.

País:  Francia

Dirección: François Ozon

Guion: François Ozon

Música: Evgueni Galperine, Sacha Galperine

Fotografía: Manuel Dacosse

Reparto

Melvil PoupaudDenis MenochetSwann ArlaudEric Caravaca,François MarthouretBernard VerleyJosiane BalaskoHélène Vincent,François ChattotFrédéric PierrotMartine ErhelAurélia PetitJulie Duclos,Jeanne RosaAmélie Daure

Género

Drama | Basado en hechos reales

Sinopsis

Alexandre vive en Lyon con su esposa e hijos. Por casualidad, se entera de que el sacerdote que abusó de él cuando era un boy scout sigue trabajando con niños. Se lanza a un combate al que se unen François y Emmanuel, otras víctimas del sacerdote, con el fin de liberarse de sus sufrimientos a través de la palabra.

Crítica:

Un tema que desde hace algún tiempo se ha convertido en permanente actualidad, como es la pederastia por parte de algunos clérigos en centros de enseñanza religiosa y el intento ocultación por los más altos representantes de la iglesia, sirven a Francois Ozón, para montar una película basada en hechos reales, en la que un padre de familia logra crear una sociedad de afectados que se atreven a llevar el caso a los tribunales para que los culpables de esas fechorías sean expulsados de la orden y apartados de la responsabilidad de la educación en las escuelas.

De alguna forma, este hecho es un recorrido angustioso por parte Alexandre, denunciante principal y artífice de todo el movimiento, un padre de familia bien posicionado socialmente y practicante devoto que no entiende porque todo su esfuerzo no tiene una respuesta suficientemente contundente por parte de esa iglesia en la que él sigue creyendo.

Ozón, narra la odisea encomiable de ese personaje principal, siguiéndole con precisión meticulosa de película que desgrana paso a paso los entresijos de unas fuerzas de poder inmorales que se resisten a cambiar nada desde dentro, y que extienden sus redes poderosas a otros estamentos sociales de poderes fácticos y, sobre todo, juegan con el miedo de las víctimas a denunciar los hechos por el temor a los daños que eso les pueda acarrear en cuanto a prestigio social y vergüenza en su entorno familiar y laboral; también, por la fobia que les causa, psicológicamente, tener que rememorar el traumático suceso. Terrible encrucijada de aquellos que han sufrido, en algún momento, abusos por parte de educadores religiosos u otros allegados al entorno familiar, aunque en este caso se centre en los primeros.

En este caso, el director huye del virtuosismo casi onírico de anteriores films y se centra en describirnos una historia cercana al desenredo de una tela de araña, como si fuese una película de cine negro cargada de suspense, en la que se han de encontrar todos los hilos misteriosos que encajen para llegar a celebrar el juicio que esclarezca la verdad y dicte sentencia. El film tiene algo, también, de cine documental de denuncia y, aunque el tema es candente y puede enervar a cierto sector de público, está contado desde un punto de vista aséptico y algo falto de nervio para que contagie, cinematográficamente, de la problemática de los personajes.

Personajes variados que arrastran los consabidos problemas, materializados en una serie de dramas, que intuimos pueden darse en esos casos, en una película correcta que, aparentemente puede dar la sensación que  están ahí porque François Ozon, ha querido llenar la historia con casos diferentes y personajes prototipo que representaran el problema sin que le falte de nada, creando un caleidoscopio de tipos amables y simpáticos, unos, traumáticos otros, cobardes que se convierten héroes, y padres que no supieron estar a la altura. Un manojo variopinto de caracteres contradictorios para que resultara una película de éxito.

Es posible que lo consiga, pero esa intuición que me despierta le resta algo de valor ante mis ojos, aunque el ejercicio puede resultar útil socialmente.

Pepe Méndez